El recuento oficial registró, hace seis años, que hay 2.3 millones de poblanos en Estados Unidos. Desde entonces, la cifra fue conservadora y hoy, sin dida, deben ser muchos más. El equivalente a un tercio de la población que hay en el estado (6.5 millones) vive allá y Alejandro Armenta, en cuya familia hay migrantes, entiende bien que las políticas públicas deben considerar que Puebla es una entidad binacional.
Los días 20 y 21 de junio, el gobernador electo realizó una gira por Nueva York y se reunió con funcionarios consulares, autoridades estadounidenses y paisanos de la zona triestatal (Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut), en donde el Gobierno de México ha calculado que hay al menos 960 mil poblanos y poblanas.
De acuerdo con su equipo de comunicación, fue con un ánimo de escucharlos y escucharlas, a recoger sus peticiones y sus anhelos. Todos esos paisanos mantienen vínculos con su país y estado de origen, mucho más allá de lo familiar o lo nostálgico. Muchos de ellos y ellas son proveedores de cientos de miles de familias aquí y, por ello, sustento de la dinámica y fortaleza económica de la entidad.
Al cierre de 2023, las remesas sumaron, de acuerdo con el Banco de México, 3.14 mil millones de pesos.
En su gira, también llevó Alejandro Armenta propuestas específicas, como la creación de la Agencia Económica de Poblanos en el Extranjero, que dará certeza jurídica a las inversiones que hagan los migrantes; la firma de un convenio de colaboración con la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY); y el establecimiento de la figura del diputado migrante, para atender la demanda añeja de que los paisanos, aunque vivan en la Unión Americana, puedan tener representación política. A eso se sumó su oferta de sumarlos al plan de Tren Interoceánico.
Luego de escuchar sus demandas, también planteó que establecerá en su gobierno un programa integral de apoyo para los migrantes repatriados y un marco jurídico específico que dé protección a las propiedades que tienen aquí.
Les dijo que enviará iniciativas al Congreso del Estado para concretar esos derechos.
No es la primera visita de Armenta a Estados Unidos para encontrarse con los poblanos y las poblanas. Lo hizo antes, como diputado federal y luego como senador de la República.
El fenómeno migrante es complejo y muy pocas administraciones en todo el país han logrado traducir en programas esa atención a sus requerimientos.
El principal interés de los paisanos son sus familias que se quedaron aquí, cuando ellos y ellas decidieron dejar el país para buscar el sustento suficiente.
Allá, viven, en la mayoría de los casos, con carencias, en hacinamiento, para ahorrar en el pago de renta, con austeridad para juntar la mayor cantidad de dólares posible para enviar a sus familiares, porque se gana en dólares, pero también se gasta en billetes verdes para el sustento cotidiano.
Entender la binacionalidad debe ser esfuerzo de las administraciones de los tres órdenes de gobierno. Se trata de las dimensiones humanas, económicas, sociales, electorales, de representación política, académicas y culturales, que deben encontrar atención en el Estado Mexicano y sus entidades.
Falta, por supuesto, que lo entiendan las autoridades estadounidenses, desde la Casa Blanca, los gobiernos estatales y los condados, pues en algunos todavía hay un rechazo feroz que se ciega a la realidad y pretende que pueden vivir sin mexicanos y sin poblanos, quienes son motor de su economía.
Luego de su gira, Armenta deja claro que habrá un espacio prioritario para atender la binacionalidad de Puebla.
Los paisanos y paisanas están en Estados Unidos, pero nunca se han ido del hogar.