Desde Palacio Nacional se ven tres contendientes fuertes a la gubernatura poblana, cuyo campo de acción está en el terreno federal; dos en el Congreso de la Unión y ella en el Poder Ejecutivo. Ellos tres, sin que se dé por descartadas a las cartas de influencia local.
Hubo claridad y contundencia en las ausencias en la Conmemoración 161 de la Batalla de Puebla, dictada con toda intención por el equipo del presidente, de la titular de la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González; del presidente del Senado de la República, Alejandro Armenta, y del diputado federal Moisés Ignacio Mier Velazco.
Pero su exclusión de las ceremonias en torno a la celebración de Estado sobre el 5 de Mayo de 1862 resulta también una definitiva inclusión y contundente consideración, con estricto y pulcro piso parejo, para la gubernatura. Así se les ve a los tres desde la mirada presidencial y, también se intuye, que sin menoscabo de las opciones que juegan directamente en la cancha estatal.
Como adelantó el periodista Arturo Luna, el rechazo de Andrés Manuel López Obrador a compartir el presídium con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña Hernández, llevó a la decisión de no convocar a ninguno de los representantes de los otros Poderes de la Unión.
Los tiempos son amargos como para ver juntos al Presidente de la República y a la titular el Poder Judicial, luego de las tantas afrentas.
De ahí que tampoco fue convocado ningún representante del Poder Legislativo.
El presidente de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel Miranda, tampoco merecía la diferencia, porque se ha portado hasta barbaján con López Obrador.
Por sincronía con esta decisión, debió excluirse a Alejandro Armenta, presidente del Senado, y con él a las otras dos figuras observadas con posibilidades para Puebla en 2024: Albores y Mier.
En estricto sentido, debió procurarse el piso parejo en las ceremonias del 5 de mayo respecto de los aspirantes a la gubernatura poblana.
Pero en esas ausencias está la verdadera señal de Palacio Nacional.
Desde la mirada de Andrés Manuel, son ellos tres quienes intercambian metralla en la primera línea de fuego, por la candidatura del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el estado de Puebla.
Por supuesto no son los únicos.
Están quienes juegan en las trincheras estrictamente estatales:
Julio Huerta, secretario de Gobernación; Ana Laura Altamirano Pérez, titular de Desarrollo Rural; y Olivia Salomón, secretaria de Economía.
Con impecable técnica, el periodista Ciro Calderón formuló una interrogante al Presidente de la República en su mañanera del viernes que se celebró en la Zona Militar.
Con la habilidad, lo llevó a una necesaria respuesta sobre favoritismos en la carrera a la gubernatura.
También con reflejos bien despiertos, Andrés Manuel López Obrador elaboró una respuesta muy hábil.
“No. Sí tengo como seis millones de favoritos, esa es la población de Puebla, aproximadamente. Todos son mis favoritos (…) Ya no hay ‘dedazo’, no hay ‘tapado'”, respondió el presidente y sus palabras retumbaron, sin duda, en la trinchera donde el falso cuento del “favorito que será impuesto” ha sido la única divisa que se tiene.
Por lo pronto, el pasado 5 de mayo no hubo señales luminosas en el cielo; la estridencia de los cañonazos no fue por la carrera a 2024 en Puebla; quienes se llevaron la atención fueron los aspirantes a la Presidencia, especialmente Claudia Sheinbaum, quien siempre gana en el contraste con sus adversarios.
Pero no todas las ausencias hacen vacío. Aquí significaron una contundente señal.