Raúl Padilla, polémico cacique ilustrado, animador cultural y creador de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y del Festival Internacional de cine, se suicidó en circunstancias similares a las que narré en mi novela Se Dicen Cosas Horribles de Ti, escrita en 2020 y publicada por Dorsia Editorial en abril de 2021.
Este lunes, la periodista y politóloga Verónica Malo publicó en el portal SDP Noticias un artículo sobre el suicidio de Raúl Padilla.
Asimismo, habló de las semejanzas entre lo ocurrido en las últimas horas y el final de mi novela:
“Cómo son las cosas! Mario Alberto Mejía, escritor y periodista poblano, hace algunos años en su novela ‘Se dicen cosas terribles de ti’, predijo el suicidio de Padilla. La literatura que tanto estimaba cantó su muerte… ¿O sería que eso le sembró la idea al hoy difunto?”.
Le dejo al hipócrita lector el capítulo final de Se Dicen Cosas Horribles de Ti.
Hay que decir que Padilla es el personaje principal de mi novela:
Capítulo 59
Ante el temor de terminar en la cárcel por las investigaciones ordenadas en su contra por el presidente López Obrador, Raúl Padilla se mandó a hacer una bodega especial en su fortaleza de Chapalita. La temperatura era ideal para sobrevivir el sexenio entero. Además estaba habilitada con todo lo necesario. Incluso podía hacer transmisiones vía zoom sin que la señal fuese captada por el más sofisticado de los satélites del gobierno mexicano.
Se estaba preparando un martini rose en las rocas cuando puso en su pantalla de 120 pulgadas un video. Se sentó a verlo por enésima vez para confirmar que era un apestado. Ahí, en primer plano, el presidente López Obrador decía sonriente que las últimas ediciones de la FIL de Guadalajara han sido organizadas para generar críticas contra su gobierno: “Fíjense, la Feria del Libro de Guadalajara, las últimas, dedicadas en contra de nosotros, pero no sólo eso, porque traen a Vargas Llosa, Aguilar Camín y todos ellos. Krauze. Pero me entero de que en España le entregan el premio, claro, a la Feria del Libro de Guadalajara, el Príncipe (sic) de Asturias a la Feria del Libro de Guadalajara, y el que lo recibe es ni más ni menos que Padilla. Es el que da el discurso, y me llamó muchísimo la atención un renglón: ‘Debemos de defender al libro del populismo’. (Risas del presidente). Es la decadencia, pero no sólo de México: de las universidades, de la intelectualidad, de los que otorgan estos premios. (Risas del presidente). Tampoco es nada personal en contra del gobernador de Jalisco. Son diferencias. Él tiene una postura, él pertenece a este bloque de conservadores, él se lleva muy bien con el cacique ilustrado, Raúl Padilla”. (Risas del presidente)”.
Padilla estaba sentado en un sillón que había pertenecido al Sha de Irán. Con un aparato minúsculo apagó el video y puso música de Paul Mauriat: El amor es triste. Por su mejilla izquierda rodó una lágrima. Cerró los ojos. Antes de darle un trago a su martini se metió a la boca varias pastillas de color azul. Pensó en los klōnes que lo acompañaron a lo largo de su vida, en el dinero acumulado, en el SAT y la UIF bloqueando sus cuentas bancarias. Pensó en su abogado, Juan Collado, y en los millones de euros guardados en Andorra. El abogado estaba preso, pero desde su celda seguía moviendo sus intereses. Paul Mauriat y su orquesta tocaban ahora El amor está en cada habitación. Un gato siamés se colocó a su lado. Lo acarició al tiempo de tomarse otro martini. ‘Tuvimos una buena vida’, susurró. Una baba hiriente cayó en el lomo del siamés.
Un escolta descubrió el cadáver de su jefe cuando Paul Mauriat tocaba Love is blue.