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jueves, noviembre 21, 2024

Un partido con disfunción eréctil

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El horario de verano impuesto por Vicente Fox en 2001 e impugnado desde entonces por Andrés Manuel López Obrador —a la sazón jefe de gobierno del Distrito Federal— le generó al entonces presidente de México problemas cardiovasculares, somnolencia, irritabilidad, redes sociales caídas, dificultad de atención (de concentración y memoria), desequilibrio en el reloj biológico y emocional, y disfunción eréctil.

No obstante, siguió en la necia.

Esas consecuencias atroces las sigue pagando.

Cada vez que tuitea es evidente que no está bien.

El hipócrita lector se preguntará:

¿Por qué no dio marcha atrás?

Por terco.

Necio, más que terco.

Aferrado, más que necio.

El fin de semana que viene, gracias al presidente López Obrador, recuperaremos una hora histórica de sueño —que en realidad fueron muchas horas—, y podremos solazarnos en eso que se llama “atardecer del alma”.

Quien no podrá hacerlo es Vicente Fox.

Demasiado dañado está por su humorismo blanco y su democracia trasnochada.

Él y muchos panistas continuarán padeciendo problemas cardiovasculares, somnolencia, irritabilidad, redes sociales caídas, dificultad de atención (de concentración y memoria), desequilibrio en el reloj biológico y emocional, y disfunción eréctil.

No podía ser de otra manera.

El 24 lo tienen perdido.

Y si las cosas siguen como van, también el 30.

Y si el INE regresa a ser lo que eran las oficinas electorales del Bartlett —que despachó como secretario de Gobernación de 1982 a 1988—, la cosa no se compondrá para los hijos de García Luna.

(Bartlett lo ha dicho: “Con cincuenta gatos y dos teléfonos hacía las elecciones”. Y así nos iba).

La democracia mexicana es un nocturno parecido a los de Chopin: melancólico, dulce, tenue.

Un poco quebradizo.

(Ratón del alma).

La reforma la volverá huidiza, cuneiforme, un poco húmeda.

Y eso hará que la presidencia de México quede más lejos para los panistas.

Fox y Calderón incluidos.

Que venga el danzón.

Saquen el güiro.

¿Dónde están las maracas?

Tenemos una hora más para la fiesta.

¡Terrible!

¡Bebamos!

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