Si la congruencia es el arte de lo efímero, José Luis Escalera, dueño de Profética y cabeza de playa de Claudio X. González en Puebla, es el efímero que vende su testa por doce mil pesos mensuales durante un año.
En efecto: este odiador del presidente López Obrador acaba de ganar una de las muy mediocres becas del Sistema de apoyo a la creación y proyectos culturales que otorga la Secretaría de Cultura del gobierno de la 4T.
¿Cómo ganó su beca este personaje?
Con un proyecto que involucra a Gabriel Wolfson, brillante escritor poblano que encabeza la editorial Cabeza Prusia.
Nuestro personaje —que no escribe ni en defensa propia—, obtuvo la beca en el área de Letras con el proyecto “Producción editorial de dos títulos para el sello ‘cabezaPrusia’”.
El jurado que le otorgó los doce mil pesos mensuales durante un año está formado por los desconocidos Rodrigo Flores Sánchez, Laura Evita Martínez Lara y Juan José Rojo Solís.
Lo que antes era un privilegio es hoy un bolso de basura.
Vea el hipócrita lector lo que el matraquero de Enrique Cárdenas y Xóchitl Gálvez —vía Claudio X. González— escribe cotidianamente en su cuenta de Twitter.
Pongo dos ejemplos:
“‘Primero los pobres’, decía AMLO en campaña y lo aplaudimos esperanzados. En plena debacle, los ‘moralmente superiores’ voltean para otro lado mientras los que nos indignamos y quisiéramos que no pasaran estos escándalos que afectan a los pobres somos la infame oposición blabla.”.
“Por incontinencia verbal, misoginia y violencia de género, el INE pone en su lugar a AMLO y a Salinas Pliego, dos de nuestras lacras más destacadas; por un momento el mundo es un mejor lugar”.
Nuestro becario no tiene empacho en recibir una beca del gobierno que abomina.
Faltaba más.
Si los libros no dan, las becas nos recompensan.
No importa que éstas ya no gocen de la excelencia de la que gozaron en otros tiempos.
Por cierto: Escalera es simpatizante de La Aldea Poblana, una cuenta de Twitter manejada desde la sombra por un misógino que traicionó abiertamente a Claudia Rivera Vivanco, quien como presidenta municipal de Puebla le otorgó convenios generosos.
Ese personaje ya deambula en los terrenos matraqueros de un aspirante a la gubernatura de Puebla.
Ahora se entiende su encendido proselitismo y su ánimo odiador.
Escalera, pues, también nada en las aguas heladas del cálculo egoísta.
Bienvenido, becario.
