El PRIAN esperaba que la decisión final en el proceso interno de Morena a la alcaldía de Puebla dividiera a quienes participaron.
Digamos que se esperaba —era lo lógico— que Claudia Rivera Vivanco se inconformara por el resultado final de las encuestas que terminaron beneficiando a Pepe Chedraui.
A todos sorprendieron sus palabras de reconocimiento que implícitamente convocaban a la unidad.
Esa madurez de quien fue presidenta municipal de Puebla entre 2018 y 2021 nos deja ver que Morena es un movimiento de cohesión que ve más allá de sus narices.
Lo lógico era que Claudia Rivera y los suyos se inconformaran y que con esa actitud pusieran en riesgo la elección en la capital del estado.
Pero el hubiera es un tiempo muerto.
Sobre todo en la política.
Con Pepe Chedraui en la candidatura a la alcaldía se fortalece la tendencia de un triunfo en la levítica ciudad de Puebla.
Como buen empresario, Pepe ha sembrado desde hace años y hoy se ve el fruto de la buena cosecha.
Hay que decirlo: este también es un triunfo para el gobernador Sergio Salomón.
Todos sabíamos de la simpatía entre ambos.
Y también sabíamos que fue el el mismísimo gobernador quien impulsó a Pepe Chedraui a dar sus primeros pasos en la capital en pos de la candidatura.
El escenario se complicó por momentos.
Los más diversos obstáculos se atravesaron en esa ruta.
Los pronósticos por momentos se llenaron de penumbra.
Pero si siempre hubo alguien optimista ese fue Sergio Salomón.
Nunca titubeó.
Siempre se mantuvo firme.
Las expresiones afectuosísimas que López Obrador tuvo para él en un acto realizado este domingo confirman que detrás de los actos del gobernador está el apoyo del presidente.
Y eso incluye también los movimientos políticos del huésped de Casa Aguayo.
En estos catorce meses de su gobierno, Sergio Salomón ha aprendido que la política es un oficio de tinieblas, sí, que tiene en su agenda muchos días soleados.
Amenazaba lluvia con la nominación de Pepe Chedraui.
Mucha lluvia.
Pocos esperaban que las cosas se acomodaran como lo hicieron.
No hay victorias sin padres.
Los progenitores de ésta gozan de cabal salud política.
Y siempre —ya se ve— con el aval del presidente.
