Hasta el historiador Lorenzo Meyer cree que el presidente López Obrador debe meterse en el proceso de la sucesión adelantada.
Incluso llegó a decir hace unos días que “tiene la obligación” de hacerlo.
Cosa curiosa que lo diga Meyer, quien en el pasado reciente era adicto a la pulcritud y a las buenas formas políticas.
Sus razones son categóricas —igual que la gota categórica del poeta López Velarde.
Meyer cree que el presidente no debe recurrir a lo que hicieron sus antecesores: el dedazo.
Pero está convencido de que si el presidente no se mete al proceso todo se va a descomponer.
Ya se ha visto en los últimos días que la oposición —liderada por Claudio X. González hijo— tiene dinero e intereses.
Y además sus empresas —algunas ligadas al periodismo— reciben recursos extraordinarios del gobierno de Estados Unidos y de algunos empresarios poderosos que entran y salen de Palacio Nacional.
Esto significa, pues, que la oposición que enfrentará a Morena en 2024 tiene poder e información.
Mucha información.
No es coincidencia que la Mañanera de este martes haya estado dedicada, casi en su totalidad, a X. González.
Por todo eso, Lorenzo Meyer está convencido de que el presidente tiene la obligación de meterse de lleno en el proceso.
“Andrés Manuel creó Morena y rehizo el sistema político mexicano sin violencia”, asentó el historiador.
Y agregó:
“Tiene la obligación es dejar a su criatura en brazos de su sucesor”.
Su “criatura” es la 4T.
Su “sucesor” es su sucesora.
(Disculpe el lector el inevitable seseo).
“Es parte de su obligación histórica. Tiene que intervenir”, dijo en un programa transmitido en YouTube.
Emocionado, lejos de habitual parsimonia, Meyer dijo que el presidente “es la fuerza aglutinadora de su partido y de la 4T”.
Eso sí, acotó, debe evitar “la tentación de generar un maximato”.
Y recordó que gracias a que León Toral asesino a Álvaro Obregón —quien ya era presidente electo— la reelección de éste no pudo concretarse.
En efecto:
A León Toral y la Madre Conchita se debe que la reelección haya sido sacada del corpus de la Constitución.
Nadie después de Obregón se ha podido reelegir.
El compañero de Enrique Krauze en el Colegio de México (ambos fueron alumnos de don Daniel Cossío Villegas) es un convencido de que López Obrador “debe echar toda la carne al asador”.
¿Qué implica esto?
Involucrarse en todo.
En otras palabras:
Que el presidente debe guiar los acuerdos políticos de los que salgan, como en un parto con fórceps, la candidata a la Presidencia de la República y los candidatos de Morena a las gubernaturas de nueve estados.
Puebla incluido.
(En mis últimas columnas he tocado este tema sobradamente).
Lorenzo Meyer, faltaba más, es de los que le hablan al oído al presidente.
Por eso sus opiniones sobre este proceso son tan trascendentes.
Escucharlo a él es como escuchar al huésped de Palacio Nacional.
Claudio en Puebla. El empresario Claudio X. González tiene varias patas metidas en la entidad a través de Puebla Unida Contra la Corrupción y la Impunidad —cuyos palafreneros son, entre otros, Enrique Cárdenas y Sergio Mastretta— y un portal de noticias que desapareció de la noche a la mañana, aunque su director sigue activo a través de E-Consulta.
En Palacio Nacional, faltaba menos, saben esto.
Y más.
