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jueves, noviembre 21, 2024

Precandidatos poblanos en campaña con todo y cargos públicos

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Si las precampañas electorales inician oficialmente en noviembre, el proceso interno de Morena para elegir candidato a la gubernatura de Puebla tendría que realizarse antes de esa fecha.

Y con las nuevas reglas, generadas por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), ninguno de los aspirantes tendría que renunciar a sus cargos públicos para contender.

Hace unos días, a partir de una orden dictada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el INE determinó que “los funcionarios públicos no tienen que separarse de sus cargos para competir en las contiendas de sus fuerzas políticas”.

Esto abre la posibilidad de que, una vez que concluya el proceso interno de Morena para definir al candidato —candidata— a la Presidencia de la República, el proceso poblano empezaría a correr como se tenía previsto.

Y con una ventaja enorme otorgada por el propio INE: sin renunciar o pedir licencia a sus cargos.

Esto significaría que participarían, con cargos de por medio, Ignacio Mier, Alejandro Armenta, Julio Huerta, Rodrigo Abdala, Olivia Salomón y Claudia Rivera.

“No existe un fundamento legal que obligue a que las personas servidoras públicas se separen del cargo que ocupan para poder participar en estos procesos políticos, sobre todo porque la Sala Superior ha dicho, con todas sus letras, que es un proceso intrapartidista”, reza el comunicado del INE.

Hace unos días, el diputado Mier dejó entrever que los procesos internos de Morena en los nueve estados en los que habrá elecciones se irían desgranando como mazorcas.

Es decir: que las convocatorias no se publicarían al mismo tiempo sino por etapas.

¿El fin?

Dar oportunidad a que se apruebe en San Lázaro un imperativo presidencial: el presupuesto de Egresos 2024.

El acuerdo del INE facilita las cosas brutalmente.

El diputado Mier, el senador Armenta y el delegado Abdala, por ejemplo, podrán estar en actividades proselitistas sin incurrir en faltas.

Sólo estarán impedidos de acudir a sus mítines el gobernador Sergio Salomón y el presidente López Obrador.

De ahí en fuera, podrán acompañarlos hasta los funcionarios públicos —en sus horas inhábiles— y los legisladores locales y federales.

Un sueño guajiro, oh sí, hecho realidad.

Bujarrones, ninfos y filenos. Si algunos de los equiperos de los precandidatos a la gubernatura de Puebla pudieran ser dueños de una denominación de origen yo recurriría a un clásico moderno: Roberto Bolaño.

En su imprescindible novela Los Detectives Salvajes, Bolaño utilizó varios términos para ubicar a personajes de la poesía y la literatura.

Tres de dichos términos — bujarrones, ninfos y filenos— encajarían a la perfección con los burócratas menores que quieren ser puestos ahí donde haya un arca abierta.

Ésos que juran que quieren servirle a la gente en realidad, ya lo sabemos, buscarán servirse de la gente.

Son profesionales en exceso.

Desde el primer día en el cargo público iniciarán los Juegos del Hambre.

Lo primero que harán —lo han hecho antes— será pedir cambio de Suburban.

(Estos bujarrones tienen una extraña predilección por las Suburban prietas).

Ya enfiestados, se meterán la caja chica en los bolsillos y celebrarán en algún restorán de moda.

La secretaria más guapa del “congal” —así bautizarán los bujarrones sus nuevas oficinas— se irá de comisión a esa celebración.

Después del segundo whisky sobrevendrá la proposición indecorosa: aumento de salario a cambio de noviazgo feliz.

Y así sucesivamente.

Los bujarrones son insaciables, doctos y hechizos.

Hoy por hoy, los ves en las comitivas de los precandidatos burlándose de los ninfos y los filenos, y haciéndole creer al “jefe” o al “patrón” que son eficientes, lambiscones y educados.

(Un bujarrón es lambiscón antes que eficiente).

¡Y cómo ayuda eso en la política mexicana!

Existe otra fauna: la de los lagartijos.

Pero de ésos hablaré en una próxima columna.

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