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jueves, abril 25, 2024

Pelos en la solapa, labial en la camisa

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Qué rápido se acabó el tema de los traidores a la Patria. 

Duró lo que el himno nacional en cantarse. 

Seguramente en Palacio midieron el efecto y retiraron la campaña. 

Los números de rechazo que les arrojaron han de estar en el nivel de la encuesta del diario Reforma. 

No permeó el tema por varios motivos, entre ellos que la noción de Patria se ha desdibujado y que a los encuestados no les gusta que los opositores sean calificados de traidores. 

El adjetivo traidor tiene más peso que el sustantivo Patria. 

La traición es un elemento permanente en la vida de las personas. 

Y un mexicano, ya se sabe, no perdona a los traidores. 

(En la película Dos Tipos de Cuidado, con Pedro Infante y Jorge Negrete, uno de ellos se queja de la traición, y dice que duele más la traición de un amigo que la de una mujer). 

La traición es un plato caliente a diferencia de la venganza, que es un plato que se come frío. 

La traición está en los boleros mexicanos, en el cine, en la literatura, en las relaciones personales, en la política. 

Está también en Shakespeare, faltaba menos. 

Por eso es tan delicado este asunto. 

Y por eso no permeó. 

Habrá que buscar otro tipo de descalificaciones ahora que se discutan y sean rechazadas las reformas Electoral y de la Guardia Nacional. 

Una de las encuestas de Reforma midió también el efecto del rechazo a la Reforma Eléctrica. 

Para una mayoría, la oposición se fortaleció al votar en contra, en tanto que Morena se debilitó. 

Aquí se cae otro mito genial, pues los matraqueros habían dicho que la oposición había quedado mal parada. 

Las cosas no han variado mucho en el ámbito de las preferencias electorales: Morena y sus partiditos siguen arriba, y el PRIAN se mantiene sin novedades por muchos puntos abajo. 

(Hablamos, claro, de las elecciones de 2024). 

Claudia Sheinbaum sigue arriba, aunque Reforma la pone un punto por abajo de Marcelo Ebrard. 

(Esto sólo lo creen el Valet del canciller y sus aliados menores). 

Al decir de quienes saben del tema, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México anda arriba por cinco o seis puntos. 

Los que se han vuelto auténticos fracasos son Ricardo Anaya y Ricardo Monreal. 

Y es que están abajo. 

Muy abajo. 

Adán Augusto López, secretario de Gobernación, anda con números similares. 

Y sin crecimiento alguno. 

Quienes insisten en ponerlo entre los ‘probables’ confunde la realidad con sus deseos. 

¿Y qué pasó con Colosio? 

Seguramente la encuesta no alcanzó a medir el efecto de sus whiskies en Nueva York, pues prácticamente no se movió de su lugar. 

Para terminar, Reforma publicó la encuesta presidencial este domingo, y ahí se vio lo que sigue siendo un fenómeno: la capacidad de crecimiento del presidente López Obrador, quien, como Juárez, tiene un pacto secreto con el viento. 

El resultado demuestra que los Loret, los Chumel y demás propagandistas de Claudio X. González tiran balas de salva a la hora de querer perjudicarlo. 

Sus puntos —por arriba de 60— hablan de una situación inmejorable. 

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