Mucho se ha escrito sobre el involucramiento del exgobernador José Antonio Gali Fayad en el proceso preelectoral que se vive en Puebla.
La realidad es otra.
Empiezo con una cita que resume esta trama.
Dicha cita —atribuida a Santiago Mata— aparece en el libro Sed de Poder (el camino de la extrema derecha), de Nicolás Dávila Peralta, mismo que presentaré este viernes al lado de la periodista y académica Diana Hernández Juárez durante la Feria Nacional del Libro de la BUAP.
Vea el hipócrita lector:
En la página 149, Manuel Díaz Cid, analista político e ideólogo de la derecha, le dice a un personaje que busca regresar de un exilio en Texas que en sus condiciones (políticas) lo mejor es no viajar a México.
“—No vuelvas, Ramón (Plata).
“—¿Por qué? Eres el único que me ha dicho que no regrese.
“—Por una razón, Ramón. La historia política de nuestro país demuestra que los peores enemigos del sistema tienen, mientras están fuera, una amnistía no escrita. Cuando regresan, eso se acaba”.
Hasta aquí las reveladoras palabras.
Todos sabemos que don Miguel Barbosa Huerta, en sus tiempos de gobernador, fustigó a Gali Fayad desde que asumió el poder.
Una y otra vez exhibió supuestas irregularidades en diversas obras públicas.
Incluso llegó a formular denuncias en su contra a través de diversas dependencias del gobierno.
Ante eso, Gali Fayad dejó su residencia en La Vista y salió de México.
Su refugio fue un lugar paradisiaco: The Woodlands (en el condado de Montgomery), Texas.
Ahí se fueron a vivir también otros personajes que se sintieron perseguidos y unos más que enfrentaban procesos judiciales.
Una vez que trascendió la noticia de la muerte del gobernador Barbosa, los vecinos poblanos de The Woodlands pensaron que las cosas habían cambiado y que todo estaba listo para el retorno a casa.
El primero en desafiar la “amnistía no escrita” —de la que habló en su momento Díaz Cid— fue Rodolfo Chávez Escudero, extitular de Carreteras de Cuota de Puebla, quien viajó a la Ciudad de México, en enero pasado, para entrevistarse con posibles socios de una empresa constructora.
Una vez que bajó del avión y llegó al área del Instituto Nacional de Migración, Rodolfo fue detenido y enviado a una cárcel poblana, donde permanece hasta la fecha.
Ante esa situación, los vecinos poblanos de The Woodlands entendieron el mensaje.
Creyeron, equivocadamente, que las cosas habían cambiado con la llegada a la gubernatura de Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
(Por esos días, por cierto, un empresario poblano que enfrentaba un proceso judicial se suicidó en su casa de The Woodlands).
Tras circular la versión de que Gali Fayad ya tenía candidato en Puebla, y que incluso él mismo buscaría un puesto de elección popular, un mensaje llegó a Casa Aguayo:
“No pienso participar en política y tampoco está en mis planes un pronto regreso a Puebla”.
La “amnistía no escrita” es el mejor escenario ante ese otro que tiene rostro de horror y pesadilla.
