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jueves, noviembre 21, 2024

Los dados cargados del proceso interno de Morena y el Síndrome de la Mollera Sumida

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Hemos llegado ya a la bonita etapa electoral de la cargada de los búfalos, en la que el cuerpo humano empieza a generar la denominada hormona de la ansiedad, misma que aumenta los azúcares (la glucosa) en el torrente sanguíneo.

Pero esta temporada electoral provoca, sobre todo, estrés.

Mucho estrés.

Estrés asociado con el Síndrome del Bolsillo Vacío.

Estrés ligado al Síndrome de la Matriz Caída.

Un estrés particularmente vinculado al Síndrome de la Mollera Sumida.

Los búfalos, víctimas de estos síntomas, andan como distraídos, agotados, ausentes.

(Es que no duermen).

Y sus ojeras denotan otro síndrome: el de la Corista de Sergio Andrade.

(Es que no comen).

Los más divertidos son los búfalos de las redes sociales, quienes a través de matracas y confeti buscan convencernos de que los delegados de Morena en Puebla ya tienen candidato.

(Incluso sugieren elaboradas operaciones inspiradas en la física nuclear para saber cómo y por quién votar).

Lo que los búfalos no quieren ver es que será la Comisión Nacional de Elecciones de Morena la que le corregirá la plana al Consejo Estatal, mismo que ha adoptado una actitud de gran elector debido a la hormona de la ansiedad.

(Es que no comen. Y si comen, vomitan lo que comen).

“Son horas tensas cargadas de tirisia”, diría el soldado villista que luego se volvió carrancista y más tarde obregonista.

Hay quienes creen que la asamblea del Consejo Estatal —en la que se decidirán los cuatro nombres— será más fácil que quitarle una tortilla a un perro.

Los argumentos están inspirados en las memorias del Marqués de la Hedionda.

Vea el hipócrita lector:

“Si quitamos a B y ponemos a C lograremos que entre A en menoscabo de D, que estará impidiendo, a su vez, el ingreso de E y F”.

Estrategia pura.

Álvaro Obregón, considerado el mejor estratega de la revolución porque nunca perdió una batalla, hubiese quedado sorprendido de la acuciosidad del autor de la citada operación.

La clave es quitar a B de la jugada no para que entre C sino para que entre A, quien no estaría considerado en la lista definitiva que hará la Comisión Nacional de Elecciones.

(Brutal solsticio de invierno).

Lo malo para algunos integrantes del Consejo Estatal es que todo podría terminar como una opereta, en la que A y C, cuando menos, terminen con la mollera sumida.

Ahí sí todo sería una tragedia.

Seguiremos informando, diría el clásico.

 

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