Varios columnistas locales iniciaron esta trama electoral poblana apoyando abiertamente a Julio Huerta.
Sus matracas se escuchaban por todos lados.
Era innegable su adicción.
De pronto, el guión cambió como en una película de Hitchcock.
Alejandro Armenta se volvió la nueva apuesta.
Las matracas cambiaron de giro como en una telenovela de Epigmenio Ibarra.
Las encuestas que citaban en sus arrebatos carnales —en eso se convirtieron sus columnas— daban como triunfador indiscutible al senador Armenta.
A Julio Huerta, en cambio, lo enviaron al tercer o cuarto lugar.
Metidos en su bipolaridad preelectoral, nuestros personajes pasaron a elogiar un día a Huerta y un día a Armenta.
Los dos —decían— tienen los números necesarios para ganar la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla.
Los días pasaron con la incertidumbre de una película de Polanski.
Nuestros héroes, entonces, volvieron a cambiar de opinión: “Es tiempo de mujeres”, dijeron.
Y juraron que el tema de género beneficiaría a Olivia Salomón.
Las matracas sonaron a todo lo alto, como en una canción de José Alfredo Jiménez.
Pero vino un cambio de son jarocho, y todos regresaron a la bipolaridad (Armenta-Huerta).
Pero sólo por breve tiempo.
Hoy ya sólo escriben que Armenta será el candidato.
El hipócrita lector coincidirá conmigo en que jugar de esta forma a la Matraca Electoral tiene sus beneficios.
Y es que, si cualquiera de los aquí mencionados (3 de 7) gana la candidatura, nuestros amigos saldrán a gritar que sus predicciones no fallaron y que siempre lo anunciaron.
Y “antes que nadie”.
Hubo despistados que en su fórmula de triunfo incluyeron a Liz Sánchez y a ¡Carlos Martínez Amador!, quien pese a ser del PRD, dijeron, podía ser beneficiado por una ¡posible alianza! —inédita, juraron— entre ¡Morena y el PRD!
De ese delirio salieron pronto, pues pasaron a formarse en la fila del binomio Armenta-Huerta y en la de la candidatura de Género, en la que incluyeron a Liz, Olivia Salomón y Claudia Rivera.
(El barco completo. O casi. Pues a Ignacio Mier nunca lo incluyeron ni los primeros ni los segundos)
Hoy por fin se decantaron por uno solo: el senador de la República.
Estos personajes también celebrarán si alguno de los aquí nombrados (5 de 7) resulta ser el candidato.
La vida es surrealista, como en una película de Buñuel.
Pero también caprichosa, como una película de Capulina.
En unas horas sabremos, oh sí, si alguna de sus múltiples apuestas le da al clavo.
