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viernes, noviembre 22, 2024

Las Pruebas del Fraude Electoral en las Asambleas Distritales de Morena (incluye audio y documento)

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Lety Ánimas luchó toda la vida en contra de los fraudes electorales.

Los delincuentes que robaban urnas, alteraban votaciones o lucraban con los programas sociales le daban algo más que asco.

Varias veces la vi movilizándose en contra de éstos.

Acudió a marchas, a ministerios públicos, a juzgados.

Todo en aras de denunciarlos y exhibirlos.

Si Lety no hubiera muerto, y continuará al frente del Programa Nacional de Becas Benito Juárez, no sólo no permitiría la porqueriza que está ocurriendo en Puebla (en el bando de los Mier-Abdala): ya los habría denunciado públicamente.

Varias veces el propio Rodrigo Abdala, uno de los jefes visibles de esta pandilla, se quejó con ella porque aseguraba que me pasaba información de su entorno laboral.

Con su inigualable ironía, Lety imitaba al sobrino de Bartlett.

(Incluyendo la voz).

Y soltaba la carcajada.

“Cada vez que lo ridiculizas o escribes sobre su inoperancia o sus transas cree que yo te paso información”, me decía.

—¿Qué piensas de Abdala? —le pregunté una vez en el restaurante La Curva, de Xicotepec.

La pobre Lety casi se atragantó la acamaya al mojo de ajo que se estaba comiendo ante la inocente pregunta.

Ya repuesta, asentó entre risas:

“Pobrecito. Es muy chiquito. Y está rodeado de pillos. Ninguno de ellos entiende lo que es la 4T”.

Cuánta razón tenía.

Si Lety reviviera, y viera lo que estos personajes están haciendo con los programas sociales, se volvería a morir.

Al cochinero publicado en mi anterior columna sobre Rodrigo Abdala y su pandilla, van estos nuevos datos.

En Tehuacán, el delegado de Abdala se llama Jesús Silva Romero, quien le está pidiendo a cada Servidor de la Nación cincuenta personas con copia de credencial de elector y de afiliación bajo un argumento brutal: que su trabajo en el gobierno federal depende de ello.

El plan es impecable: esos documentos serán entregados a miembros de un equipo afín en aras de que suplanten las identidades y voten por los aspirantes a consejeros palomeados por la dupla Nacho Mier-Rodrigo Abdala.

La gran idea proviene del mapache César Sánchez Salinas (alias César Addi), valet y operador de los citados.

Incluyo en esta entrega una copia de una hoja foliada de las Becas Benito Juárez en la que aparecen los nombres de los beneficiarios “promovidos”.

Es decir: dirección, localidad, municipio, antigüedad en el programa y folio integrante.

En la lógica de esta pandilla, ha llegado el momento de que los beneficiarios de las Becas paguen los apoyos en forma de votos.

(Lo mismo que hacían las Nancy de la Sierra en Prospera en tiempos de Peña Nieto).

Queda claro que Vida Inés Vargas Cuanalo, delegada de Bienestar federal en la entidad, sabe lo que Abdala — jefe de la Unidad de Planeación y Evaluación de Programas para el Desarrollo de la Secretaría de Bienestar— anda haciendo en Puebla.

Y lo están haciendo en todos lados.

¿Cómo se le llama a esto?

Delito electoral.

Y repito: es cárcel.

No alcanzan fianza.

Y menos cuando hay audios y videos, como los que ya están circulando.

Le dejo al hipócrita lector un audio representativo de estos pillos.

El de la voz es Pedro Hernández, subdelegado regional de Bienestar en Atlixco —gente de muchos años de Abdala—, quien está operando para que su hijo Pedro Hernández junior sea consejero por el distrito 9.

En otras palabras: está usando la estructura de la delegación federal para abonarle a la multicitada pandilla.

Hay que decir que las instrucciones del subdelegado fueron enviadas vía WhatsApp a sus operadores.

Así se manipulan los programas sociales en la Delegación de Bienestar, vía Abdala.

¡Qué puercos, qué marranos, qué cochinos!

 

 El orgulloso subdelegado Pedro Hernández con Claudia Rivera

El junior que quiere se consejero de Morena

Pedrito junior está en las listas.

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