A mentadas de madre y otras lindezas, las granjas de bots de mi amigo Pepe Tomé —jefe de prensa (ad perpetuam) de Alejandro Armenta Mier—, se me fueron encima durante dos o tres días de guardar.
Lo mismo hicieron los matraqueros, matraqueras y matraqueres del senador a la par que subían una foto —la misma siempre— en la que éste posaba con el presidente López Obrador en uno de los patios de Palacio Nacional.
Con esa narrativa rupestre quisieron demostrar que el presidente ya había recibido a su jefe en la oficina de Palacio.
Hasta un niño de seis años sabe que tomarse una foto con el presidente es la cosa más sencilla del mundo.
Millones de mexicanos lo han hecho no sólo en los patios de la sede presidencial sino en la calle, las marchas y los actos públicos.
La foto que subieron los empleados a las redes no significa nada.
O sí: ochenta gramos de vasallaje.
Todos estos personajes se enojaron por una columna en la que dije dos cosas que no han desmentido:
Que AMLO no ha recibido a Armenta Mier, pese a que es el presidente de la Mesa Directiva del Senado, y que éste ya se reunió en privado con Marko Cortés, dirigente del CEN del PAN.
Vea el hipócrita lector lo que me respondió el senador el viernes pasado:
“Rechazo contundentemente lo que afirma el periodista @QuintaMam en la portada de su medio de comunicación. Confío plenamente en mi @PartidoMorenaMx. ¡No habrá imposición! porque el principio de la 4T se sustenta en la voluntad popular ‘El Pueblo pone el Pueblo Quita’.”
En ningún momento niega que se haya visto con el dirigente del PAN.
Menos aún asegura que mi dicho —de que no se ha reunido con el presidente en Palacio Nacional— sea falso.
Sólo dice algo que está lejos de mi competencia: que en la designación del candidato a la gubernatura de Morena en Puebla no habrá imposición.
Ventanilla equivocada. Ese tema hay que tratarlo en la mesa presidencial en la que oficia López Obrador eventualmente acompañado de unos deliciosos tamales de chipilín.
Hace unos días, Ricardo Monreal, presidente de la Jucopo en el Senado y jefe político de Armenta Mier, admitió que en noviembre pasado se reunió en privado con los dirigentes nacionales del PAN, PRI y PRD.
El tema del encuentro no lo reveló, pero es obvio que se está amarrando el dedo desde ahorita ante lo que es prácticamente un hecho: que no será el candidato a la presidencia de México en 2024.
Ante ese escenario, la reunión con los líderes de los partidos de oposición es un mensaje con dos patas cuya conclusión es una: que podría irse de candidato de esos partidos en 2024 si no le ofrecen algo mejor.
Un mensaje similar busca enviar el senador Armenta con su reunión con Marko Cortés.
¿O ese tipo de encuentros es sólo para tomar café o hablar del litio?
Los cercanos a Eduardo Rivera Pérez, alcalde panista de Puebla, están enterados de que su dirigente nacional y el senador se sentaron y platicaron.
Y no les cayó muy bien ese hecho.
Tras mi columna del viernes pasado, confirmaron la reunión.
Sólo los bots de Pepe Tomé se atrevieron a negarla entre mentadas de madre y otras lindezas.
Espero que en las próximas horas no se repitan las dosis de vulgaridad —y de vasallaje— en mi contra.
Hablaría un poco mal del dueño de las granjas.