Con la clásica voz con la que confesó que odiaba a sus paisanos teziutecos y calificó de “gatos” a Mario Riestra y a Nadia Navarro, la senadora Nancy de la Sierra tomó la palabra en la sesión ordinaria de este martes en el Senado de la República.
¿Qué dijo?
Que ella y el senador Alejandro Armenta —quien acababa de anunciar su retiro de la Cámara Alta— fueron víctimas de persecución política de los gobernadores Rafael Moreno Valle y Miguel Barbosa.
Un poco antes había dicho que ambos llegaron juntos (al Senado, en 2018) “con un sueño: un sueño de encontrar un México y una Puebla más justa, equitativa y en paz. Hoy, desafortunadamente, la realidad es muy lejana a eso que soñamos. Hoy este anhelo no es tangible”.
Ya para cerrar, la senadora asentó: “Hoy, también decirlo, no compartimos el mismo proyecto político. Sin embargo, quiero decirle que Puebla tendrá rumbo, y seguramente nos va a ir muy bien”.
(En su escaño, florecía, orgulloso, el logo del PRI, partido que dejó —después de décadas de militancia— para llegar al Senado vía la ola lopezobradorista, y al que ha regresado como el ave canora vuelve a su nido).
Desde su lugar, Alejandro Armenta le aplaudió y le agradeció el gesto.
Llaman la atención varias cosas de su discurso.
Luego de que Mario Marín, hoy en prisión, fungió como padrino de su boda y de su carrera política (fue diputada local gracias a él), la senadora fue delegada de Prospera en Puebla, en pleno peñanietismo, cargo al que renunció para buscar, sin éxito, la diputación federal por el distrito 3, con cabecera en Teziutlán (su odiado pueblo).
No hay registros de que Moreno Valle y don Miguel Barbosa la hayan perseguido políticamente.
De lo que sí hay constancias es de su efímero lopezobradorismo y de sus porras a Peña Nieto.
Hoy, como vocera de Eduardo Rivera y de Mario Riestra, está convencida de que “Puebla tendrá rumbo, y seguramente nos va a ir muy bien”.
(Bonita ironía que nadie entendió porque faltaron los subtítulos que la explicaran).
Cómo olvidar las ácidas críticas que Nancy de la Sierra le hizo a Alejandro Armenta en el Senado.
Fueron persistentes pero inofensivas.
(Las que ha empezado a hacerle ya como vocera del PRIAN cojean del mismo pie).
Por el mismo tenor, la senadora Nadia Navarro —hija pródiga del marinismo— le deseó éxito desde su escaño priista, pese a que hace unos días juró que traería a Lydia Cacho a Puebla para ver qué opina de los marinistas que están metidos en la 4T.
Es claro que la periodista que fue víctima del padrino de las senadoras ni siquiera la conoce.
Tanta inocencia ruboriza.
¡Dignidad, caray!
¡Filosofía!
Un líder echado pa’delante. En el mejor estilo de “¡órale, cabrones, ya se la saben: relojes, carteras, celulares!”, el “pinche Néstor” anda en campaña.
Alcaldes, regidores y diputados, que buscan reelegirse, ya se bajaron de la combi.
La pipitilla aplaude.
Eso sí: quien quiera ser candidato por el PRIAN a través de Néstor Camarillo pagará su derecho de piso.
¿Cómo chingaos no?