Un programa de televisión evidenció el estado de ánimo de los enemigos del presidente López Obrador luego de que éste inaugurara el aeropuerto Felipe Ángeles: “Es la hora de opinar”, con Leo Zuckermann y los levantacejas Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda.
(El único coherente y sensato de este club sigue siendo Javier Tello Díaz).
Los tres personajes citados analizaron el tema del aeropuerto con permanentes caras largas y fallidas ironías.
Estaban de mal humor, por no decir frustrados.
¿Qué esperaban?
Un fracaso absoluto del Presidente.
Aguilar Camín de Mastretta no cabía en su holgado saco azul.
Era tal su furia que buscaba cómo enfriar el ánimo presidencial.
Y en esa andanada, tergiversó cifras, inventó fallas y terminó llamando “provinciana” una obra que ha merecido elogios hasta del propio Carlos Slim.
Cómo olvidar que Aguilar Camín y Castañeda han sido beneficiarios brutales en varios sexenios del PRIAN.
Y cómo olvidar los libritos que maquilaron en el pasado reciente para venderlos como planes de gobierno tanto a Calderón como a Peña Nieto.
Son los mismos que crearon bloques anti-AMLO en 2018 y 2021.
Son aquéllos que en 2006 no dudaron en cerrar filas en torno de Felipe Calderón para despejar la duda del evidente fraude electoral.
Pues la noche de este lunes, ufff, estaban enojados.
Muy contrariados los señores.
¿Qué esperaban nuestros levantacejas?
Que el aeropuerto no estuviera en pie, que ningún avión aterrizara, que las instalaciones fueran inservibles.
El mal humor de los tres, faltaba más, es un triunfo para el Presidente.
Y es que éstos representan a muchos que hoy están furiosos.
Otro programa —conducido por Carlos Alazraki en Atypical Te Ve— fue más allá.
Un personaje llamado Ángel Verdugo llamó “bulto” al Presidente.
Textual.
El inefable Gabriel Quadri —nuestro eslabón perdido— lamentó que el Felipe Ángeles no sea como el de Atlanta o Panamá.
Francisco Martín Moreno, un falso historiador cruzado de anti climático comentarista, balbuceó otras tonterías.
¿Y qué decir de Alazraki, que aseguró que todos los asistentes a la inauguración eran militares vestidos de civil?
Éstos tienen algo en común: le dicen “López” a López Obrador.
¿En qué cajones de sus cerebros podríamos encontrar sus fobias?
Quizás en los mismos en que caben expresiones como “loco”, “mierda” y “pinche”, con las que también descalificaron la obra y al Presidente.
Qué nivel de debate.
Lo bueno es que la reputación de todos éstos los precede.
Ya se sabe que no los abrazaron a los seis años.
En las redes la cosa anda igual.
Un idéntico mal humor recorre lo mismo a Lily Téllez que a Claudio X. González.
Incluso, la senadora doblada de pésima locutora llamó “léperos” al presidente y su gobierno.
“Léperos”.
Muy señorita Vivanco.
Es el nivel de quienes hoy tienen la bilis derramada.
Son lo que escupen.
