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domingo, noviembre 24, 2024

Inició la Operación Abdala-Mier desde la Delegación de Bienestar

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La Operación Limpieza ha arrancado.

Desde la oficina de Rodrigo Abdala, delegado de Bienestar en Puebla, salió una lista negra para castigar a los coordinadores regionales que operaron en contra del diputado Ignacio Mier en la reciente elección de consejeros de Morena.

En consecuencia: la Secretaría del Trabajo giró los demoledores oficios para congelar a un buen número de beneficiarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

Un ejemplo brutal es el que está viviendo, entre otros, Jorge Peláez en Chignahuapan.

A Rodrigo Abdala y al diputado Mier no les gustaron los números que se dieron.

Una vez metido en su viejo cargo, Abdala ordenó auditorías en las regiones donde su candidato a la gubernatura fue aplastado.

No fueron auditorías simples.

Fueron auténticas auditorías brutales.

Con navajas y cuchillos cebolleros en las manos llegaron los auditores.

Querían sangre.

Y sangre obtuvieron.

(El olor de ese líquido rojo estimula al Conde Báthory que despacha en Bienestar).

El resultado no pudo ser otro: empezaron a llenar la lista negra, que en términos burocráticos es similar a una lista de traidores.

¿Traidores a qué o a quiénes?

No a la Patria, sino a los intereses de la citada camarilla.

Van por todos, dicen en Bienestar.

Así es como se están organizando para el 2024: haciendo razzias utilizando los recursos públicos y los programas sociales.

Abdala es un consumado y presunto, aunque inepto, delincuente electoral.

(Las asambleas en los distritos de Huauchinango y Atlixco, entre otras, son la mejor prueba. Y hay grabaciones).

En su haraganería —su fama ya es histórica—, cree que generando una política terrorista logrará cambiar las tendencias electorales.

A eso juega.

Por eso no le tuvo miedo al ridículo de regresar a una posición menor después de haber estado en un alto cargo a nivel federal.

Es cuanto.

 

Una cosa morbosa. En unas semanas más ofreceremos una lectura pública de algunos fragmentos de mi próxima novela —misma que está a punto de turrón—: Está dicho que nadie sabrá nada.

El tema central es la tórrida relación política-amistosa que tuvieron Rafael Moreno Valle y Tony Gali Fayad.

Aparecen sus mejores momentos: cuando todo marchaba como un Tren Maya rumbo al Paraíso, hasta el final que desembocó en una crisis brutal antes de que Gali dejara Casa Puebla.

Gritos, humillaciones, conspiraciones, rupturas, y una que otra frase infame…

Todo viene ahí.

Y antes de la presentación del libro —cosa que ocurrirá a finales de este año o a principios del otro—, vendrá la lectura pública en voz del gran actor poblano Ángel Cerlo.

(En ese acto, cuya asistencia será limitada, habrá una preventa de la novela).

Pronto daré detalles sobre el lugar, la fecha y el horario.

Hay que recordar que, en su momento, en Nueva York, Truman Capote hizo una genial lectura de varios fragmentos de su enorme novela A sangre fría.

La expectación que generó, se imaginará el hipócrita lector, rebasó todos los límites.

En nuestro país, curiosamente, no existe ese sano ejercicio que en esta ocasión llevaremos a cabo.

La cosa será morbosa.

Ufff.

Brutalmente.

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