El facturero Miguel Ángel Arévalo Sosa juega golf con su padre —Miguel Ángel Arévalo García— en el club El Cristo, en Atlixco, donde el segundo vive.
Ambos forman parte de una maquinaria ilegal relacionada con la emisión de facturas falsas —investigadas por la Fiscalía General del Estado—, lo que es un delito federal castigado con hasta 9 años de prisión, tiempo suficiente como para borrarles la sonrisa de la cara.
(Al decir de Olga Romero Garci Crespo, la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción tiene abierta una carpeta de investigación sobre la red de empresas factureras que hicieron brutales negocios bajo el amparo de Gali y de Claudia Rivera Vivanco, ex presidenta municipal de Puebla).
En su inescrupulosa carrera, Arévalo Sosa —que actualmente vive en Querétaro— no ha tenido empacho en involucrar en las tramas fraudulentas a sus padres: don Miguel Ángel y María Margarita Sosa, trabajadora jubilada cuando José Antonio Gali Fayad —su promotor y protector— fue alcalde de Puebla.
En efecto: Arévalo Sosa tuvo el cobijo de Tony Gali desde que éste estuvo al frente de la Secretaría de Infraestructura en el sexenio de Rafael Moreno Valle.
Lo mismo hizo obra pública que vendió facturas al por mayor.
Facturas hechizas, por supuesto.
La relación entre ambos dio más frutos millonarios durante el ayuntamiento de Gali y su mini gobierno estatal.
Pero el largo brazo de Arévalo Sosa ya llegó también a Santa Lucía, donde se construye el aeropuerto internacional Felipe Ángeles.
Como lo evidenció el reportero Iván Rivera en Hipócrita Lector en diciembre pasado, Latinus y El Universal revelaron en sendos reportajes que tres empresas factureras poblanas obtuvieron contratos millonarios a través de la Secretaría de la Defensa Nacional.
En una de éstas se encuentra involucrado este personaje:
Consorcio Constructivo y Arquitectónico de Puebla.
Los socios son Víctor Hugo Aguirre Hernández y María Trinidad Sosa y Barquet, tía de nuestro héroe.
Según la investigación del reportero Iván Rivera, esta empresa recibió 170 millones de pesos cuando Gali fue secretario Infraestructura por el Parque La Constancia, la Casa de Justicia de Huauchinango y las oficinas temporales de Audi.
(También está siendo investigada por un desfalco que asciende a los 29 millones de pesos).
También se encuentran ligados a esta empresa María Amparo Sosa, otra tía de Arévalo Sosa, socia de Concreta, Estructuras en Concreto, que recibió 2 millones 800 mil pesos del gobierno de Claudia Rivera por la limpieza de 19 inmuebles.
También están ligados Arévalo Sosa y sus padres: María Margarita Sosa y Miguel Ángel Arévalo García.
Dichos personajes han sido socios o prestanombres en tantas empresas que docenas de veces participaron en simulaciones de concursos de licitación.
Al final, Arévalo Sosa y Gali Fayad fueron los grandes beneficiarios.
Vea el hipócrita lector en qué empresas aparecen los nombres de papá, mamá e hijito oso.
Knihy, SC de RL de CV.
Los accionistas son: Marcos Méndez Camacho (administrador único), Oscar Tonatiuht Landini Camarillo, Maria Trinidad Sosa y Barquet (tía del facturero consentido de Gali), Illiana López Reyes y el mismísimo Miguel Ángel Arévalo Sosa.
Otra empresa:
Kararehe & Mara, SPR de RL de CV.
Socios:
Marcos Méndez Camacho (administrador único), Oscar Tonatiuht Landini Camarillo, Maria Trinidad Sosa y Barquet (tía osa), Miguel Angel Arévalo Sosa (hijo oso), Illiana López Reyes, Rafael Hernandez Ladino, Karla Karime Arévalo Sosa (otra hija osa), Miguel Angel Arévalo García (papá oso), Jesús Sósimo Quiterio Plata y Ulises Omar Lopez Rojas.
Estas empresas tienen semejanzas brutales en las fechas y horas de inscripción en la notaría de Leonardo Adolfo Daniel Molina Yano, en Tlaxcala.
La primera fue inscrita a las 10 de la mañana 31 minutos 14 segundos.
Dos segundos después fue inscrita la segunda empresa.
Qué don de la ubicuidad.
Otra empresa:
Concreta, Estructuras en Concreto.
Socios:
María Amparo Margarita Sosa Barquet (mamá osa) y Miguel Ángel Arévalo García (papá oso).
Cosa curiosa: esta empresa fue inscrita a la una de la mañana del 15 de octubre de 2009 ante el fedatario Eduardo Panes Campillo.
Once horas después obtuvo su registro.
Si las anteriores tuvieron el don de la ubicuidad, ésta tuvo el don de la celeridad.
Y va la cuarta empresa ligada a esta asquerosa trama:
Constructora Melare SA de CV.
Socios:
Alberto Melayes Pérez y Miguel Ángel Arévalo Sosa (hijo oso).
Pero hay más.
Mucho más.
Mañana compartiré con usted la segunda parte.
