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jueves, noviembre 21, 2024

El secreto mejor guardado en Palacio Nacional (la clave de las elecciones)

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Hace unos días, en el noticiero radiofónico de Ciro Gómez Leyva, Mario Delgado hizo un anuncio brutal: que dos o tres días antes del levantamiento de las encuestas que definirán al candidato de Morena a Palacio Nacional se darán a conocer las características de la muestra.

Esto indica que —al decir de comentaristas como Hernán Gómez Bruera, de La Octava— ahí también se sabrá en qué distritos del país serán aplicadas dichas encuestas.

¿Se hará pública la relación de esos distritos o sólo los precandidatos tendrán acceso a ésta?

La duda mata, y mucho.

Y es que en ese momento, los involucrados habrán de sacar pistolas, navajas, machetes, y todo lo que sea necesario para operar una virtual elección primaria que será de Patria o Muerte.

Todos partirán a esos distritos con los bolsillos cargados de dinero para comprar el voto ciudadano.

Aunque, como este ejercicio se realiza en México y no en Noruega, a estas horas alguien sabe ya cuáles serán los distritos encuestados.

Y si lo sabe —cosa que no es para nada inviable—, desde hace varias semanas está trabajando específicamente en los multicitados distritos.

Hay que ver quién tiene de sol a sol —o de luna a luna— a su ejército.

Hay que ver quién está repartiendo los insumos necesarios para comprar o doblar la voluntad.

Y, cosa muy importante, hay que ver quién conoce ya los puntos centrales de la muestra en las que se basarán las encuestadoras: la de Morena y las sugeridas por los precandidatos.

Marcelo Ebrard lleva días pidiendo que la pregunta clave sea una: “¿Usted a quién prefiere como presidente?”

Desconfía de una batería de preguntas que confundiría a los encuestados.

El propio dirigente nacional de Morena ya dijo que además de una boleta electoral (que será depositada en una urna) habrán varias preguntas que tendrán pesos específicos.

Con ese protocolo, cabe la posibilidad de que quien gane en la boleta electoral pueda perder a la hora de sumar los pesos de la batería de preguntas.

Ese mismo mecanismo se aplicará en los procesos internos de las nueve gubernaturas.

(Puebla incluida).

Es decir: el más popular no necesariamente llevará mano.

El columnista Fermín Alejandro García escribió este lunes en Cuitlatlán —lugar donde se tira la mierda, en náhuatl— unas líneas reveladoras:

“Los tres principales aspirantes a ser el candidato de Morena a la gubernatura de Puebla han desplegado campañas como si ya estuvieran en la elección constitucional en contra de los partidos de oposición, cuando el escenario para obtener la nominación de la 4T se reduce a ganar una encuesta que tendría unos mil 534 cuestionarios, y que únicamente se concentraría en alrededor de 10 o 14 de los 217 municipios de la entidad”.

¿Quién de los precandidatos sabe ya —o está por enterarse— del secreto mejor guardado en Palacio Nacional?

¿Quién de ellos está trabajando electoralmente —o está por trabajar— los distritos de esos municipios?

Ahí están las claves de los procesos presidencial y estatales.

¡Terrible!

¡Bebamos!

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