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lunes, octubre 27, 2025

El payasito de la tele que tiene como destino la prisión y los embargos

El payasito de la tele que tiene como destino la prisión y los embargos

Ricardo Salinas Pliego es un mal actor de sus emociones.

Y algo más: es un mentiroso consumado.

Mintió cuando en la Arena CDMX dijo que ya estaba enfilado en el proceso de culminar con el SAT su crédito fiscal, y mintió cuando se dijo dispuesto a pagar toda su deuda en los siguientes diez días.

Más de seis mil amparos ha interpuesto desde 2008 en aras de no pagar.

Y hoy —ya que la marea de su Rubicón está por desbordarse—, pretende comportarse como un ciudadano ejemplar.

Hace bien la presidenta Claudia Sheinbaum en tratarlo como el mentiroso que es.

¿Qué pretendía ese personaje con su borrón y cuenta nueva?

Es fácil suponerlo:

Quería pagar el crédito fiscal sin los intereses acumulados durante años.

Y una vez consumado su plan: iniciar su añorada campaña presidencial hacia 2030.

Es lamentable ver a periodistas y comentaristas, aparentemente serios, considerarlo como un rival a vencer en la siguiente elección presidencial.

¿Son terraplanistas o simplemente imbéciles?

Milei, Bolsonaro y Bukele son unos delincuentes, sí, pero México está muy lejos de ser como sus países.

Y algo más:

La presidenta Sheinbaum no está dispuesta a caer en su juego.

Y hace bien.

Ha tolerado durante meses una campaña en su contra a través de Televisión Azteca, cuyos noticieros están por los suelos, tanto en audiencia como en credibilidad.

Y es que la línea editorial la escriben verdaderos gangsters, expertos, por cierto, en la extorsión y las relaciones públicas.

(A través de José Tomé, director de Comunicación Social, el gobernador Alejandro Armenta ya se deslindó también —por motivos similares— de la sucursal que Salinas Pliego tiene en Puebla).

Lo ocurrido en el contexto de la celebración de los setenta años de nuestro personaje fue patético.

Con sus bufones televisivos —incluida la senadora Lily Téllez—, Salinas organizó una parodia vulgar y mal producida de la Cuarta Transformación.

(La presidenta y López Obrador fueron atacados hasta el delirio).

Y tras los infamantes pastelazos, vino el discurso de ‘buena voluntad’ de Salinas Pliego.

Ufff.

¿Cómo creerle al payaso de las cachetadas?

El dueño de Elektra lleva años abusando de todos: de sus clientes “de los abonos chiquitos”, de sus gritones (Javier Alatorre y Paty Chapoy), de su audiencia, de los gobernantes (a los que les vende —a través de extorsiones— sus festivales de mentes brillantes), de las autoridades fiscales, de todo mundo…

Su fiesta ha llegado a su fin.

El payasito de la tele tendrá que pagar lo que debe o sufrirá las consecuencias.

Y esto incluye cárcel y embargos.

Pobres de los partidos políticos que lo veían (o ven) como un candidato poderoso rumbo al 2030.

(Eso habla de su brutal desamparo).

Es candidato poderoso, sí, pero para vestir el uniforme de interno de una prisión de alta seguridad.

Es cosa de tiempo.

Tic tac, tic tac…

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