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viernes, abril 19, 2024

El operador detrás del facturero en la trama Mier-Rueda

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El capo detrás del capo no sólo existe en el cine.

También en la vida real.

Detrás de Florentino Daniel Tavera Ramos —operador de 32 empresas en la trama Mier-Rueda— estuvo siempre Francisco Javier Pérez César, quien despachaba en el quinto piso de un edificio ubicado en la avenida Juárez.

Ahí, en sus oficinas, se hallaba el laboratorio de las facturas y las operaciones.

Luego de su paso obligado por el gimnasio y las albercas, Tavera Ramos solía pasar a dicho laboratorio, desde donde llegó a mover delirantes cantidades de dinero.

Hay que decir que desde el pasado lunes 16 de mayo —cuando los periodistas Víctor Hugo Arteaga y Néstor Ojeda destaparon la cloaca metida en una denuncia interpuesta por Santiago Nieto, extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF)—, Danny Tavera se empezó a evaporar.

Y lo hizo totalmente una vez que su nombre empezó a circular aún más en el entorno del diputado Ignacio Mier Velazco y el periodista Arturo Rueda, denunciados —vía el propio Nieto— por lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y evasión fiscal.

Esa misma semana crítica —que culminó en parte con la aprehensión de Rueda—, nuestro personaje dejó de ir a acuática Nelson Vargas Familyfitness, de la que era asiduo, así como antes lo fue —en su etapa modesta— del gimnasio del hotel Best Western.

Los zapatos blancos que inevitablemente usaba dejaron de pisar suelo poblano.

¿Y qué decir de su BMW?

Sus llantas vuelan ahora por otras avenidas.

El quintacolumnista compartió anteriormente con el hipócrita lector que Danny Tavera lo mismo vendió y colocó lonas para espectaculares, que construyó banquetas, pintó rayas blancas en las vialidades, alquiló refrigeradores, reclutó personal, transportó mercancía, y/o distribuyó artículos de limpieza como cloro y suavizantes de tela.

En 22 meses creó 32 empresas que le sirvieron para mover 427 millones de pesos en 9 países.

Todo esto al decir de la multicitada denuncia interpuesta por la UIF.

Tavera Ramos se ostentó también como representante legal de las siguientes empresas, mismas que forman parte de las multicitadas 32:

Algunos de los nombres de las compañías armadas y manejadas por Danny Tavera:

Grupo estratégico Risoja, Proyectistas, Desarrolladores y Urbanistas Arezzo, Consultoría y Estrategias de Negocios MSJ, Horus (Planeación Comercial y Asesoramiento Empresarial), y Comercio y Servicios de Consultoría Nasas.
Algunos clientes:

El ayuntamiento de Claudia Rivera Vivanco, el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del estado de puebla (cuyo titular fue el hijo de Nacho Mier, hoy alcalde de Tecamachalco), la Secretaría de Turismo del estado, la BUAP y el Congreso local, entre otros.

Pero ahora sabemos: detrás suyo estaba otro personaje: Francisco Javier Pérez César.
Nacido el 8 de agosto de 1975 —actualmente tiene 46 años de edad—, Florentino Daniel se volvió asiduo de los gimnasios y de la natación por diferentes motivos: para conocer eventuales socios, bajar la molesta grasa abdominal y recrear la vista.

En los tiempos dorados del table dance Solid Gold —ubicado en el boulevard Hermanos Serdán—, las guapas bailarinas se hospedaban en el Best Western, a espaldas del Vip’s de la Avenida Juárez.

A eso de la una de la tarde, las chicas —rusas, checas, argentinas, venezolanas— subían a la alberca a nadar y a tomar la copa.

Los felices usuarios del gimnasio —entre los que se encontraba nuestro personaje— se hacían los aparecidos en la alberca en su calidad de mirones o de aspirantes a playboys.

Las idílicas escenas se interrumpieron cuando en noviembre de 2008 fue clausurado el muy concurrido table dance.

Las bailarinas fueron deportadas por el Instituto Nacional de Migración para desgracia de los parroquianos.

Desde entonces se recuerda a Tavera ofreciendo sus servicios para obtener dólares, lavar dinero o conseguir facturas.

Qué daría hoy Danny Tavera por regresar a esos días.

Por cierto, de todas sus pasiones sólo una le queda: el Rey Arturo.

En su exilio quizás acuda a Cornwall, en el Reino Unido.

Más explícitamente: a Tintagel.

Ahí hallará noticias cercanas sobre los símbolos que rodean la figura del rey Arturo:

Camelot (su reino), Excálibur (su espada), la legendaria mesa redonda del “primus inter pares” (es decir: todo gira en torno a un líder que ejerce el poder rodeado de un grupo de “iguales”), y, faltaba más, el enigmático mago Merlín.

Hoy por hoy a Danny Tavera sólo le queda usar como foto de su WhatsApp al legendario Rey Arturo.

Infancia —oh, Freud— es destino.

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