El caso Noroña es digno de estudio.
Vea el hipócrita lector:
Este personaje salido del submundo de la politiquería juró durante dos meses que sería el virtual candidato a la Presidencia por Morena-PT-Verde.
Como soy adicto a sus videos de YouTube —sólo por el afán de entender el mundo Neandertal—, me enteré por su propia voz que el pueblo estaba con él y que, en consecuencia, tenía que ser el abanderado de la 4T, pues no había nadie digno de ser el sucesor del “compañero presidente”, como le llama a Andrés Manuel López Obrador.
A lo largo de estos meses he sido testigo de cómo Noroña ha pasado de la depresión más pasmosa a la euforia desatada.
(Es evidente que consume pastillas o alguna droga mágica).
Su discurso, además, fue monotemático a lo largo de este tiempo.
Empezaba diciendo en cada transmisión que estaba muy feliz porque el pueblo lo amaba, pero a los quince minutos ya estaba vociferando en contra de Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, a quien pasó de llamar “hermanito” a “personaje miserable”.
En ese tránsito, castigaba a Emma, su mujer, de las más diversas maneras.
Unas veces ignorándola en plena transmisión y otras llamándola “más viva que el hambre”.
El caso es que una vez que dieron a conocer que quedó en cuarto lugar —aunque estaba empecinado en jurar que había quedado en tercero—, adoptó una actitud servil ante su odiada Claudia Sheinbaum.
(El caso Noroña, sí, es un caso clínico digno del Dr. Freud).
Su nombramiento de “vocero” de la virtual candidata lo ha llevado a flotar últimamente.
El suelo no lo merece, menos aún sus compañeros diputados.
No camina, flota.
Y algo peor: parece escolta de la doctora Sheinbaum.
Pobre candidata.
Imagino la conversación con el hijo del pueblo.
Es como ir al museo de Antropología y quedarse una hora en la sala 3: la del preclásico en el altiplano central.
(Con este nombre se designa a los distintos grupos que habitaron la zona central de México durante el periodo 2500 a.C.-200 d.C).
Noroña se ha vuelto muy grosero con quienes le donan dinero a través de YouTube.
Y, faltaba menos, no acepta el menor reproche.
Queda claro que siempre supo que no ganaría y que en su mente sólo bailó la idea de convertirse en el mayordomo de la virtual candidata a Palacio Nacional.
(A Ebrard, por ejemplo, de corrupto no lo bajó una vez concluido el proceso interno. Una vez convertido en vocero le ha dado por llamarlo nuevamente “compañero” y convocarlo a la unidad).
Este fenómeno lo veremos tropicalizado en algunos estados de la República en los que se disputarán gubernaturas en 2024.
No pierda de vista a los Noroñas que pululan por ahí.
El periodo preclásico no ha muerto.