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jueves, noviembre 21, 2024

El cogote y el cuchillo cebollero (Crónica de un romance)  

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Cada vez que le preguntan a Mario Delgado por la viabilidad de algún candidato a la gubernatura, de cualquiera de las entidades en juego en 2024, su respuesta es una sola: 

“Vale madres quiénes puedan ser. Como dice el presidente López Obrador: lo que importa es la elección presidencial. Los candidatos que más aporten a la unidad, y sumen votos, serán los mejores”. 

En esta respuesta están contenidas varias señales. 

Vea el hipócrita lector: 

En el caso poblano, ganará el que menos se pelee con los demás, el que menos agravios genere, el que tenga la disposición de hacer alianzas con todos. 

La duda mata: 

¿Quién es ese personaje? 

No ha nacido. 

Los que están visibles andan buscando cogotes con el cuchillo cebollero en las manos. 

Y si no son ellos, son sus coordinadores de precampaña. 

¿Quién aguanta hoy por hoy la prueba del ácido? 

Ninguno. 

Otra clave expresada en la respuesta del líder nacional de Morena: 

Lo que importa es la elección presidencial. 

Eso lo ha venido diciendo el presidente en todos lados, pero pocos lo escuchan. 

Y es que están muy entretenidos trazando escenarios optimistas en las aldeas. 

Como lo dijo en su momento Jesús Reyes Heroles: 

“Primero es el plan, después el hombre”. 

El presidente tiene desde hace tiempo el plan. 

Lo ha venido cociendo en la cocina del poder. 

Lo ha venido cuadrando meticulosamente. 

(No es un secreto que su proyecto sea femenino). 

Eso hasta hoy. 

Pero todo puede cambiar en función de las circunstancias. 

No es gratuito que Adán Augusto López, secretario de Gobernación, sea el que más haya crecido de los tres contendientes reales. 

Los conflictos cotidianos en el Metro le han pegado a Claudia Sheinbaum. 

Marcelo Ebrard parece haber llegado a su tope. 

Y Adán Augusto, suelto como está, va creciendo en las pocas buenas encuestas que hay —las más confiables—, y en un tema crucial: la suma de adeptos. 

Ya sabemos que las mesas de los restaurantes son espacios confiables de la opinión pública. 

Pues entre los comensales va creciendo la idea de que Adán Augusto va creciendo en la percepción presidencial. 

Y no suena falsa esa idea, una vez que la dicen comensales alejados de las tribus de la política. 

No es gratuito que el presidente haya echado a correr a su amigo y paisano. 

No es gratuito que éste se haya tomado tan en serio esta trama. 

Primero el plan, después el hombre. 

Queda clarísimo. 

Y en esa coyuntura, las palabras presidenciales citadas por Mario Delgado tienen más peso. 

El que cruce el caudaloso río preelectoral con el mayor número de alianzas y negociaciones tendrá, ufff, mayores posibilidades. 

No es cualquier cosa todo esto. 

Requiere ciencia, conciencia y paciencia. 

Por lo pronto, en Puebla, cada quien va por su lado. 

Unos, comprando voluntades y bots. 

Otros, enfrentando a los contendientes con un cebollero entre las manos. 

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