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jueves, noviembre 21, 2024

Eduardo Rivera: el Empleado del Mes y el Abuelito de Matías

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Eduardo Rivera Pérez era secretario particular de Ángel Alonso Díaz Caneja cuando traicionó a éste.

En ese momento fijó su destino.

Quien traiciona una vez, traiciona dos veces.

Y más.

Así, en ese contexto, llegó a Rafael Moreno Valle.

Una comida en la casa de Paco Fraile selló en apariencia el destino de los tres.

En apariencia, porque, en cuanto pudo, Rivera Pérez rompió lanzas.

No abiertamente.

Desde la sombra y las murmuraciones.

Ése es su estilo.

En público, el gobernador Moreno Valle lo regañaba, lo humillaba y lo ignoraba.

¿Qué hacía ante eso nuestro personaje?

Guardaba silencio y cocinaba en privado dos platillos en los que es experto: el resentimiento y la venganza.

Cada vez que pudo, traicionó a quien lo hizo alcalde de Puebla.

Tras un primer periodo mediocre y marcado por escándalos de alcoba, Rivera metió la cabeza —como la falsa tortuga de Alicia en el País de las Maravillas— e hizo mutis.

Volvió a sacarla para convertirse en el candidato del PAN a la alcaldía en la elección de 2018.

De forma humillante, aceptó contender olvidando agravios recientes del morenovallismo, y así le fue.

Tanto Moreno Valle como Tony Gali apoyaron a Claudia Rivera Vivanco en demérito del Empleado del Mes del Yunque.

El rencor creció.

La falsa tortuga volvió a meter la cabeza.

La volvió a sacar para contender por tercera vez en una década por la alcaldía de Puebla.

A su campaña sumó a varios respetables priistas, mismos que fueron desechados una vez que ganó.

No podía ser de otra manera: quien traiciona una vez, traiciona dos veces.

En junio de 2021, Claudia fue víctima en las urnas de todo lo que hizo mal durante un trienio perdido.

La diferencia en puntos porcentuales entre Rivera Pérez y Rivera Vivanco fue tan brutal que algunos se confundieron y creyeron que el ganador fue el panista.

No entendieron.

En realidad, perdió Claudia, no ganó Eduardo.

Con casi tres meses en la alcaldía, el Empleado del Mes del Yunque ha perdido ya varias batallas.

La más importante, y la que le quitó decenas de millones de pesos, fue el tema relacionado con el cobro del Derecho de Alumbrado Público.

Ese sólo detalle ya le dio un giro a su gobierno, pues ya amenazó con endeudar el municipio.

Mal inicia quien en la cuesta de enero sale a pedir prestado.

Lo único bueno que este personaje ha hecho es personificar varios papeles —incluyendo los Reyes Magos— en la peor tradición de Eugenio Derbez.

El periodista Álvaro Ramírez Velasco narró en Hipócrita Lector la pifia en la que incurrió Rivera Pérez al recibir como príncipe al impresentable Jesús Zambrano.

Lo mismo hizo, durante la toma de posesión, cuando presentó a otro impresentable: Felipe Calderón.

Mal y de malas, Lalo se va quedando sin aliados de peso y por ello recurre a la pipitilla de la política nacional.

Sin recursos, endeudado, sin buenos operadores, el abuelito de Matías ha empezado el trienio peor que como lo hizo la primera vez.

 

 

El Querubín del Charlie Hall. Bernie Arrubarrena, secretario de Administración Municipal del Empleado del Mes, es un todopoderoso funcionario que controla el aparato entero.

De entrada, tiene el control de las áreas administrativas en todas las áreas y direcciones.

Bernie es uno de los nietos del Yunque enquistados en la Comuna por órdenes superiores, una vez que es hijo de don José Antonio Arrubarrena, santo barón poblano.

Por cierto: la novia de Bernie es la YosStop local: Maru Verdín.

Un tuit de Bernie pinta su amor de cuerpo entero:

“Eres mi espectáculo de cada día, con cámaras o sin cámaras siempre brillarás con luz propia”.

¿Qué respondió ella, que le dice “querubín”?

“️️️❤️️️❤️️️❤️️️ Amooo muy!”.

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