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jueves, noviembre 21, 2024

 El exrector prófugo que vive debajo de una cama

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Luis Ernesto Derbez, exrector de la Udlap, enfrenta dos denuncias penales: una local y otra federal. 

Técnicamente, es un prófugo de la justicia. 

De un día para otro desapareció del mapa. 

Técnicamente, puede estar oculto debajo de una cama en Panamá, Guatemala o Canadá. 

Su último tuit –él que era tan tuitero– tiene una fecha fatal: 16 de julio de 2021. 

Ese día ofreció una entrevista a Joaquín López-Dóriga para anunciar que un juez “ordenó restituir al Patronato original de la Udlap y a él como rector”. 

(La redacción, por supuesto, es de Derbez). 

López-Dóriga escribió en dos tuits —que Derbez retuiteó— las siguientes lindezas: 

“Afirma @luisederbez que hoy queda reconocer la ley y no la fuerza; confirma que ‘lo del revanchismo no se le da’, por lo que sigue ahora es ‘llenar’ la universidad y buscar la manera de retirar a quienes hoy ocupan la Udlap. 

“Técnicamente, la semana que entra el Dr. Luis Ernesto Derbez podrá tomar posesión de la Udlap. 

“‘Confío en la ley, confío en el Estado de Derecho’, señala el Dr. Derbez tras la orden del juez.  

“‘Esta es la manera de hacer las cosas, no con armas largas’, refiere.  

“‘La ley debe ser la que rija en el país (…), la ley funciona’. 

No dijo más. 

Se quedó callado desde entonces. 

En otras palabras: no fue restituido y no llenó la universidad, como lo dijo textualmente. 

No llenó nada, de hecho. 

Ni su tanque de gasolina. 

Y es que salió corriendo cuando supo que le habían obsequiado dos preciosas órdenes de aprehensión: una local y otra federal. 

Nadie metió las manos por él. 

Ni su sobrino: Derbez en Cuando. 

Antes de esas entrevistas, el exrector había hecho un video como los que hacen los adictos al crack durante la madrugada: enfundado en una camiseta sucia y desde una habitación lúgubre. 

¿Qué dijo en ese video? 

Lo mismo: que no era un hombre de revanchas, que creía en la ley y en la justicia, y que estaba listo para llenarse con la universidad. 

Perdón: que estaba listo para volver a la rectoría y hacer que se llenara la universidad. 

Técnicamente, ya se había llenado cuando en compañía de uno de sus cómplices creó un despacho de asesoría en temas educativos que contrató como rector para ser asesorado por él mismo. 

Éste es el Derbez que salió huyendo, con lo que demostró que no cree realmente en la ley ni en la justicia. 

Si hubiese creído en éstas las habría enfrentado directamente. 

De haber sucedido eso, hoy tendríamos a un hombre congruente en una prisión local o federal llevando sus procesos abiertos en sana paz con él mismo y con la sociedad a la que se debe. 

¿Qué hizo? 

Prefirió vivir a la deriva (así viven los prófugos): sin tuitear, sin grabar videos, sin poner pie en la universidad con la que se llenaron él y sus cómplices. 

(Prófugos también). 

Técnicamente, se comió su credo como quien se come un huevo cocido: “La ley debe ser la que rija en el país (…), la ley funciona”. 

No. 

La ley no funciona. 

Si funcionara tendríamos a Derbez en una prisión local o federal llevando su proceso en sana paz. 

Éste es el personaje detrás de la rectora Cecilia Anaya Berrios, quien ha conminado a los estudiantes a no regresar al campus de la Udlap hasta que no les sean devueltas las instalaciones a ellos. 

¿Quiénes son ellos? 

El exrector prófugo y los Jenkins que se llevaron 720 millones de dólares a un paraíso fiscal, primero, y después a Panamá. 

Qué hermosa historia de amor. 

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