De la noche a la mañana cambio la narrativa política en la aldea poblana, luego de conocerse el nombre, por parte de la dirigencia nacional de Morena, del senador Alejandro Armenta Mier, como su coordinador estatal de los llamados comités de la defensa de la cuatroté.
Ahora los medios de comunicación y las redes sociales han dejado de informar sobre las campañas de quiénes aspiraron a la gubernatura, para pasar a la narración sobre lo que hace o dejará de hacer, Armenta Mier. Quedaron atrás todas las interpretaciones y análisis sobre lo que sucedió con el que perdió la coordinación en Puebla.
A lo anterior se viene a sumar la disputa de los aspirantes a la candidatura por la presidencia municipal de la capital poblana, que son muchos y que al final solo será un juego de tres. En donde nuevamente saldrán a relucir sus famosas encuestas y al final la decisión llegará del centro del país.
Porque las principales ciudades o metrópolis, aquellas que tienen un padrón electoral alto y dan buenos votos, serán valoradas por Claudia Sheinbaum y el CEN de Morena.
Por eso, los llamados a la unidad, unidad y mucha unidad, se han vuelto tan comunes en ellos.
Esta consigna que bien parece un desglose histórico de aquella frase del viejo (PCM), en los tiempos del general Lázaro Cárdenas, cuando asumían sus errores cometidos sobre su táctica, le llamaron: “Unidad a toda costa”.
Para estos tiempos, los llamados a la unidad parecieran ser la clave de los morenistas buscando que sus fieles no se dividan y tampoco se vayan al bando contrario. Su consigna busca ser la palabra mágica para saldar cuentas y confrontaciones de sus batallas recientes.
La pronuncian tanto que se ha convertido en una estrofa de su himno de la 4T, recorre todos los pasillos de sus recintos partidarios. La ponen en muros, fachadas y la plasman en sus lonas para sus conferencias en grandes letras. Buscando que todos la lean, vean y aprendan la palabra “Unidad”.
Esta parece ser su bandera para que todos marchen unidos “hasta la victoria siempre”, como dijera alguna vez, el mítico argentino Ernesto Che Guevara. Para mostrarse ante la opinión pública que están más unidos que ayer y nada los detendrá en su camino victorioso de su “revolución” de las masas pobres y para alcanzar la justicia social.
También se preparan para no equivocarse y levantar la mano izquierda, extendiendo sus cuatro dedos y entonar al final de cada evento la consigna: ¡unidad, unidad, unidad!
Así quedará demostrada su fe en la izquierda y cantarán aquella vieja frase de una canción chilena del ¡Pueblo Unido Jamás será Vencido!
Dicen ellos, que nadie debe equivocar el rumbo histórico que les ha tocado vivir al lado de la cuarta transformación y bajo la guía de su líder carismático (AMLO). Por eso, la sagrada unidad será uno de los estandartes de campaña.
Y los remisos que no la acepten, su lugar estará en el “basurero de la historia”, al lado de los “conservadores” del pasado, aquel que no debe regresar.
En estos tiempos de la “transformación”, ahí están los llamados de Armenta Mier, para sumarlos a la unidad. Y los ejemplos sobran, por eso circulan las imágenes con Claudia Rivera y Olivia Salomón, cerrando ciclos y estrechando abrazos.
Los desayunos que no les faltarán, son para mostrar estructuras y equipos de campaña, cerrando filas y con discursos de unidad. Visualizando desde ahora sus grandes triunfos electorales.
Sin faltar otra de sus consignas favoritas: “La derecha no pasará”. En fin, la tan ansiada unidad a toda costa, la unidad a secas, la unidad para todo, la unidad partidaria.
Será la pauta por seguir en todo lo que falta por venir en estos meses de precampañas y campañas en forma.
Conclusión: Morena y los demás partidos políticos nacionales siempre han mantenido como su consigna favorita la palabra: “unidad”. Es obvio, sin ella, se dividen y fracturan, con la famosa unidad, siempre dicen que lograran sus triunfos.
Aunque en la práctica solo se ha convertido en una consigna política.
Actualmente, son muchos otros los factores que intervienen en las disputas políticas-electorales.