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jueves, octubre 23, 2025

No se reforma, solo es relanzamiento del PAN

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 El Partido Acción Nacional (PAN), gobernó al país durante dos sexenios continuos y fue hasta el 2012, cuando dejaron no solo el poder, también su capital político empezó a caer y ahí iniciaría su declive nacional como partido de la derecha electoral.

Perdieron su identidad partidaria, perdieron sus orígenes, extraviaron su ideología y se desdibujaron. Su pragmatismo político y electoral que vinieron practicando se vino abajo.

Y no se han podido recuperar electoralmente desde esos tiempos, llevan más de 12 años, sin crecer y solo mantienen sus conocidos bastiones en el centro y norte del país, en donde solo gobiernan tres estados.

Como oposición perdieron credibilidad por sus alianzas electorales con el PRI, entre sus sectores duros y tradicionales, quiénes tuvieron que votar por dicho bloque partidario. Dejaron de ser una alternativa real para sus sectores y muchos optaron por la abstención o se fueron a las filas de Morena.

En el sur del país, su presencia y fuerza, es mínima, casi no tienen nada, por ejemplo: en Veracruz, con la salida de la Familia Yunes y su entrega a Morena, se quedaron con sus pocos afiliados y gobiernan algunos municipios. En Quintana Roo, un exgobernador los abandono y entrego el estado y ahora es un diplomático en el exterior, en Yucatán dejaron de gobernar Mérida, que fue un bastión natural del panismo.

En Oaxaca, no representan mucho, su actuación es marginal y están muy debilitados como partido, lo mismo que en Tabasco o en Chiapas.

Puebla merece otra interpretación política, por varias razones, una de ellas, tiene que ver con la perdida de la capital poblana, que fue un símbolo político para este partido. El exalcalde Eduardo Rivera y la organización conservadora, conocida como el Yunque, no solo fueron derrotados en la ciudad, sino también sucumbieron con su candidatura a la gubernatura del estado a manos de Morena.

Además, esta organización interna de Acción Nacional acaba de perder el control partidario, que siempre mantuvieron. Se quedaron con poca representación en su consejo estatal y su fuerza se reduce solo en la ciudad.

Mario Riestra en alianza con grupos de militantes panistas, ahora dirigen este instituto partidario y mantienen el control de dicha estructura estatal.

Lo anterior viene a colación por el anunció de sus dirigentes nacionales, que dieron a conocer su llamado “relanzamiento” político, en un acto espectacular y con un video de fondo, que no sirvió de mucho. Jorge Romero, el actual líder del blanquiazul, presento un cambio de imagen con otro emblema partidario, como si su crisis interna fueran cambiar las letras del PAN.

Con un discurso vacío y hueco, que jamás reconoce sus errores como partido, además de no decir nada acerca de las nuevas realidades sociales que se viven en el país, solo mostro el rostro de una oposición que nunca ha sido y que siguen conformándose con los sus puestos legislativos que se reparten entre sus elites.

Cabe señalar, que hoy, como oposición no han logrado competirle electoralmente a Morena. Tampoco han construido un discurso disruptivo que enfrente y convoque a la sociedad ante el accionar propagandístico del actual régimen.

No tienen ideas nuevas y alternativas ante las políticas públicas que viene impulsando actualmente el gobierno de Claudia Sheinbaum.

En el Congreso y el Senado, son una minoría y no son contrapeso alguno ante las aplastantes mayorías legislativas de Morena y sus aliados.

Y con su llamado relanzamiento partidario, que busca atraer a la sociedad nuevamente, bajo su nuevo lema de: “Patria, familia y libertad”. Solo generan más confusión entre ellos, puesto que más parecen consignas de la ultraderecha, que nadie entiende.

Si su estrategia es dar un viraje hacía este esté flanco ideológico, que representa al ultra conservadurismo, deberían decirlo y no simular.

Pensar que así van a reconstruirse, atrayendo a los sectores rancios y reaccionarios que los hay en el país, será su error político. Puesto que sus votos duros son más de centro derecha a quiénes no les gustan los extremos, su apoyo ha sido de los sectores clasemedieros y de una derecha moderada.

Sin lugar a duda que el proceso electoral del 2027 será una prueba para Acción Nacional, estarán en juego 12 gubernaturas, congreso locales y ayuntamientos. Por eso antes, tendrán que discutir si lo que necesitan es una verdadera reforma de fondo o solo un relanzamiento publicitario.

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