Si otra cosa no sucede, la dirigencia nacional de Morenales informará a los aspirantes que participaron en la encuesta por la capital poblana. Que José Chedraui Budib, será el candidato oficial al haber obtenido las mejores evaluaciones en las mediciones que dicho partido llevo a cabo.
También les dará la oportunidad de revisar la metodología utilizada y las carpetas de las encuestas, para presuntamente transparentar su proceso interno y evitar impugnaciones legales.
En los últimos días, tanto Ana E. García Vilchis, responsable de un espacio en las mañaneras, como el coordinador para la zona Metropolitana, senador José Enríquez Herrera, han manifestado su apoyo al empresario y dejado abiertas las puertas de Morena, para el ingreso de otros más.
Queda claro que Chedraui Budib será quien acompañe Alejandro Armenta, en la disputa con la coalición opositora, por los municipios que conforman la zona conurbada, para recuperarlos y así ganar un bastión electoral, que implica también las diputaciones federales.
Pepe Chedraui, apoyado por las dirigencias de Morena, enfrentará a Mario Riestra Piña, candidato único de (PAN, PRI, PRD y PSI). En una contienda que se antoja muy competida y de confrontación política. Puesto que ambos tienen sus estructuras y se medirán en tierra y aire.
A Morena le interesa ganar las principales capitales del país, es parte de su estrategia electoral y la ciudad de Puebla, entra en esa lista, porque su padrón electoral concentra un número importante de ciudadanos inscritos, principalmente de jóvenes y mujeres.
Lo mismo que al PAN, le importa mucho que gane Riestra Piña, para seguir manteniendo un bastión que siempre han considerado como suyo, además para potenciar las aspiraciones de Eduardo Rivera Pérez.
Para ganar la ciudad, se necesita algo más que aspiraciones y conferencias de medios, se requiere de estructura electoral, un programa de gobierno, recursos y muchos votos. Sobre todo, si se entiende que, para esta elección, la campaña por la capital también debe ir en sintonía con las aspirantes a la presidencia y en consecuencia con los que buscan un distrito federal.
Para junio, no estará la imagen atrayente del presidente, tampoco será el escenario disruptivo del 2018.
Veamos la tendencia en las últimas elecciones en la ciudad de Puebla: en la elección del 2018, la candidata fue Claudia Rivera y obtuvo 343 mil 155 votos, por encima de su adversario Eduardo Rivera Pérez, fue candidata única y la ola creciente de AMLO, le benefició.
En el 2010, Rivera Pérez, gano en coalición su primera elección municipal al obtener 294 mil 188 votos, por encima de Mario Montero, del PRI, que solo logro, 192 mil 46 sufragios.
En las elecciones concurrentes del 2021, Morena perdió la capital poblana y el PAN, con Eduardo Rivera Pérez, obtuvo 318 mil 424 votos, pasando por encima de Claudia Rivera Vivanco, quien llego a sumar 189 mil 604 sufragios, dejando la capital poblana en manos del panismo local.
Sin embargo, Morena se llevó 11 de los 15 distritos federales, en esa elección.
Mucho se habló de los factores que influyeron para la derrota, los principales que saltan a la vista fueron: la falta de experiencia para gobernar una ciudad muy compleja y con muchas necesidades, el desánimo social y un creciente rechazo hacia Rivera Vivanco.
En esos comicios, el porcentaje de participación fue del 44.45 por ciento; es decir, nadie de los que han ganado la ciudad, ha podido rebasar el 50 por ciento de la votación. De igual forma, el techo de sus votaciones, apenas y logra arañar los 350 mil sufragios. Nadie ha llegado a la cifra de los 400 mil votos y mucho menos a los 500 mil, a pesar de un padrón electoral con un millón 330 mil 676 electores.
Conclusión: Esta ciudad, de más de un millón 692 mil 181 habitantes, requiere de políticas públicas para poder enfrentar sus retos y necesidades, que son muchos y más complejos, no necesita de inventos o consignas. Quien gane debe meterse de lleno a trabajar por los ciudadanos poblanos y aislar sus propios intereses políticos.
