¿Cuántas encuestas más van a aparecer durante todo este tiempo? Obvio que muchas más, algunas como dicen en el argot político, estarán “cuchareadas”, otras carecerán de metodología creíble y las demás serán mandadas hacer.
Por otro lado, las firmas más o menos serias a nivel nacional, que son varias, publican sus resultados en sus propios portales, después de haber sido entregadas a quien las contrata, esto para el caso de quiénes aspiran algún cargo de elección popular.
Estos estudios de estadística sobre mediciones electorales siguen vigentes y sirven para que los diferentes partidos políticos, tomen sus decisiones en los tiempos electorales, dicha evaluaciones las hacen tanto encuestadoras nacionales como locales. Ha habido procesos en donde los resultados de unas y otra tienen coincidencia, pero en otros han sido muy diferentes sus resultados.
Estas herramientas metodológicas se han convertido tan necesarias, que los propios gobiernos e instituciones públicas, mandan hacer sus propias mediciones. Sus resultados se convierten en estrategias a seguir, más en los tiempos pre y electorales, puesto que sus muestreos generan muchas interpretaciones políticas.
Digamos que desde el año 2000, por decir algo, fueron más visibles y empezaron a medir la irrupción de Vicente Fox en el mercado electoral y delinearon una tendencia por la alternancia en poder, sus resultados mostraban la necesidad de terminar con el dominio del llamado partido de Estado (PRI) y así sucedió.
Fox Quesada, con el voto útil de sectores sociales identificados con el PAN y la izquierda partidaria, optaron por dicha candidatura, para derrotaron al Revolucionario Institucional. Por supuesto que las encuestas jugaron su papel.
El voto de castigo de millones de mexicanos, el hartazgo y el cansancio de que solo un partido siguiera gobernando al país, termino con más de 80 años de control de un solo partido.
En el 2006, diferentes indicadores, si es que recuerdo, marcaron una tendencia hacía Felipe Calderón Hinojosa (PAN), las encuestadoras regulares o serias, dieron una diferencia muy pequeña en favor del candidato del blanquiazul. Otras publicitaron números favorables hacía Andrés Manuel López Obrador, las menos anunciaban diferencias muy altas del candidato oficial sobre el principal opositor. Por su parte el PRI y su candidato presidencial, en las mediciones pasaba a ocupar un tercer lugar entre los encuestados.
Los números se empezaron a cerrar a medida que se acercaba el día de la votación y las diferencias de porcentajes entre el candidato de Acción Nacional y López Obrador, daban por resultado un empate técnico. Después en las de salida, mostraron solo punto y medio de diferencia.
Esta situación por decir lo menos fue la que generó y volvió a poner en el centro de las protestas al propio López Obrador, quién impugno los resultados e inició una carrera opositora que después lo llevaría al poder.
Las mediciones han seguido siendo fundamentales en el ambiente electoral del país, en el 2012, las tendencias marcaron números en favor del EPN y adelantaron el regreso del PRI a los Pinos. Los números daban ventaja a Peña Nieto y mostraron varias lecturas, una de ellas fue la imagen del candidato tricolor, por encima de su partido, otro la marcada desconfianza hacía Acción Nacional y su guerra en contra de la delincuencia por detener la violencia. Una situación que desgasto a esta administración panista.
Sobre el 2018, el regreso de la corrupción y la impunidad, mostraron ventaja en las encuestas en favor de López Obrador. Estas se sumaron al posicionamiento que traía por más de 15 años buscando el poder público, sumadas a sus tres candidaturas (2006, 2012, 2018). Las tendencias mostraron dos a uno y los indecisos optaron más por el nombre que por su marca partidaria (Morena). Las encuestadoras en su mayoría coincidieron en sus mediciones previas y las de salida.
Tanto es el juego de las encuestas y sus mediciones, que hoy, el partido en el poder decide sus candidaturas a las gubernaturas mediante tres encuestas y con diferentes metodologías, no solo de aceptación, sino con otros factores que pone en la mesa.
Bueno, el propio presidente de la República, según se dice, es un lector asiduo de encuestas que le hacen llegar a su escritorio presidencial. El mismo ha dado línea política en sus mañaneras, sobre cual deberá ser el método de elección para sus elegir alguno de sus precandidatos que ha destapado.
Muchos comentan que las encuestan no votan, sin embargo, si influyen en el colectivo imaginario y también marcan tendencias sobre uno u otro aspirante. Además, también se utilizan para hacer propaganda electoral.
Hoy en la disputa por el poder en México, la elaboración de estas se ha vuelto imprescindible para partidos políticos y sus candidatos. Los que aspiran a la presidencia en el 2024, tienen sus propias mediciones, veremos nuevamente en este juego de encuestas cuántas son creíbles y cuántas no.
EL 8M…
Buen aporte en apoyo a las mujeres, la aprobación por unanimidad de los diputados del congreso local, sobre la ley denominada Monzón y la ley Ácida, mismas que castigan los abusos que se comenten sobre ellas y sus hijos, cuando son víctimas de femicidio y cuando cometen violencia con sustancias químicas en su contra.
Ahora solo falta que se apruebe su reglamentación y ponerlas en práctica.
En el marco del 8 de marzo, en donde varias colectivas y grupos sociales de mujeres saldrán en diferentes marchas a protestar y exigir sus derechos. El gobierno deberá prestar atención necesaria a sus demandas públicas, para prevenir que no sigan siendo parte de los números rojos sobre violencia y feminicidios en el estado y su propia secretaria de igualdad sustantiva deberá ser proactiva.
Solo un ejemplo de caso, que debería ser tomado en cuenta y tiene que ver con lo publicado por Hipócrita Lector, acerca de lo que viven las mujeres que están presas en los Cerezos del estado. Algo terrible en donde se informa que el 70 por ciento se encuentra sin sentencia y en precariedad.