I
Los que saben o disfrutan del arte de beber, aseguran que 1 cerveza adormila todo, 2 cervezas es la justa medida y a partir de la tercera te enfiestas, y quieres más.
Esa analogía nos va bien a todos los aficionados del Puebla de La Franja.
Larcamón no sólo nos enfiesto, nos emborrachó de felicidad, esperanza, unión y pasión.
De pronto, después de los 11 goles que dolieron en alma, nos vino la cruda y el bajón.
La afición se dividió en tres: los dolidos inconmensurablemente, los racionales que exigían un golpe sobre la mesa y los agradecidos.
II
Entre el bajón y la cruda; equipo, cuerpo técnico, directiva y afición salieron aún más madreados que la goliza ejercida por el América.
Y es que, gracias a La Conquista y a la educación católica, se nos enseñó a poner más atención en el error y la culpa.
Se nos ha educado poniendo más atención en el error que en lo certero y positivo.
III
El aficionado al Puebla tarda en sentir encanto y pierde la esperanza rápidamente.
Sabemos vivir en el sufrimiento y desconocemos cómo ponerle belleza y amor al dolor, la derrota o el fracaso.
IV
Este miércoles se anunció la salida de Nicolás Larcamón del Puebla.
Con poco hiciste mucho y marcaste Historia en la historia de La Franja.
Mucho que agradecer, poco o nada que reclamarle.
Me hubiera encantado verle laburar desde las “cenizas”. Allí está la fortaleza de los hombres, florecer después de las ruinas.
V
Las grandes historias se forjan cuando se aprende a sanar poniendo la herida en el fuego vivo.
Se quema para cicatrizar y dar paso al renacimiento.
El valor y la fuerza se miden cuando uno aprende a levantar templos contra todo pronóstico.
VI
¡Hasta pronto Nicolás Larcamón y espero que regreses para ponerle fuego a las heridas y regalarnos una alegría más duradera!