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domingo, noviembre 24, 2024

Reconfigurarnos de fondo

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Ayer era inteligente, por lo que quería cambiar el mundo.  

Hoy soy sabio, por lo que me quiero cambiar a mí mismo. 

Rumi  

 

Ser espiritual no tiene nada que ver con lo que eres.  

Ser espiritual no tiene nada que ver con lo que crees,  

tiene que ver con tu estado de conciencia. 

Eckhart Tolle 

 

I 

Urge reconfigurar nuestra relación con el mundo y con el otro. 

Seguido veo en redes sociales a periodistas y ciudadanos que se han convertido en una especie de activistas de la ecología y la movilidad. Está bien, pero no se está yendo a fondo. 

Nada va a cambiar, si no modificamos -desde la raíz- la forma en que se educa a las infancias y juventudes. 

 

II 

Leo a amistades literarias y periodistas poniendo siempre al mundo racional y a eso que llamamos inteligencia por delante. 

La espiritualidad la consideran falacia y a filosofías como el esoterismo y hermetismo, las piensan, quizá, como un pasatiempo de infantes atrapados en cuerpos de personas adultas. 

Lo racional y lo inteligible nos ha llevado a pensarnos una raza superior capaz de hacer y deshacer todo a su alrededor. Invencibles. Insuperables. Si un edificio se cae, no pasa nada, lo volvemos a construir y aún más alto. No existe nada que no pueda reponerse, suplirse. 

Se construyen edificios altos y llamativos como símbolo de grandeza y mejora tecnológica. 

La sociedad moderna se ha vuelto adicta a la Torre de Babel. 

La raza humana le gusta jugar a ser Dios. 

 

III 

Los habitantes de la tierra no van a preocuparse por el planeta, pues se nos ha educado para sentirnos por encima de la naturaleza y no como parte de ella. Y allí está la clave de todo. 

La única forma de lograr convivir, adecuadamente, con la naturaleza es comprendiendo, entendiendo y reconociendo que no somos más que ella; somos parte de ella y toda acción o inacción nos afecta proporcional y directamente a cada una de las personas que habitamos el mundo. 

 

IV 

Las personas necesitamos conectar con nuestro ser interior que es donde habita la divinidad y desde allí reconstruir nuestra relación para con el otro y el mundo. 

En las casas y escuelas se debe educar sobre la competencia y la ambición. Se debe apostar por construir/formar seres humanos que les importe más su estabilidad mental, emocional y espiritual por encima de lo material. 

Y no hablo de “austeridad republicana” o “pobreza franciscana”; me refiero a modificar los estándares de éxito y/o consolidación. 

 

V 

China ha alcanzado una gran prosperidad económica, empero el suicidio se ha vuelto la principal causa de muerte; ya sea por la presión educativa o laboral. 

En Estados Unidos la falta de ética, espiritualidad y la constante confrontación ideológica ha provocado el aumento de ataques por temas de color de piel o país de procedencia. 

 

VI 

¿Cómo pretendemos que el ser humano se preocupe por un árbol podado si día con día se matan y golpean a mujeres? 

¿Por qué las personas se van a preocupar por la existencia de una ciclopista cuando el narco, día con día, se adueña de municipios enteros? 

 

VII 

Aún, soy optimista, estamos a tiempo de mejorar el presente y apostar por un mejor futuro; si comenzamos a entender que políticos, empresarios y sociedad deben apostar por construir desde las coincidencias y aceptando al otro sin importar sus creencias e ideologías. 

Las creencias e ideologías deberían servir para ampliar y enriquecer el panorama y no para dividir ni provocar muertes. 

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