I
¿Qué es la felicidad y dónde se compra o consigue?
¿Qué es la identidad y por qué o para qué existe?
¿Qué entiende -la sociedad- por libertad?
¿Quién establece lo que sí y no está permitido ser?
¿Qué significa el éxito?
II
Son preguntas que día con día, seguramente, cualquier habitante del planeta se hace. O no.
Tal vez, son temas que nos preocupan a cierto tipo de personas.
Dudas que se vuelven martirio: parecen imposible de responder, pues algo tan abstracto e intangible es complejo ponerle lógica y/o sentido.
III
Obras se han escrito intentando hallar la respuesta correcta.
Y seguimos sin encontrar la verdad absoluta, única y unificadora; pues al ser personas humanas tan diversas, la verdad se vuelve tan plural y amplia que resulta absurdo catalogarla.
IV
Empero, virtud o vicio del humano es buscar etiquetar todo en esta vida.
Hay una adicción por encajonar la vida y la unicidad de las personas.
Existe una extraña necesidad por definir e indicar cuáles deben y tienen que ser los caminos a seguir.
V
Mi vida, aunque significativa y llena de momentos muy simbólicos, aún es corta y todavía me faltan cosas por vivir para presumir que gozo con amplia sabiduría y/o autoridad para responder adecuadamente todo lo preguntado.
VI
Empero, de algo estoy seguro: la única certeza absoluta es que no existe certeza absoluta.
VII
Tal vez la respuesta para todas esas preguntas es: no existe mejor respuesta que vivir y disfrutar la vida tal y como se presente.
VII
Facundo Cabral sí era muy sabio y dijo unas cuantas cosas sobre la felicidad:
- “Siempre, con lo que tengas, se puede empezar de nuevo, se debe empezar de nuevo. Tenemos el deber de ser felices”.
- “El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito que llegará cuando deba llegar porque lo que deber ser será y sucederá naturalmente”.
- “Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú. A ti debes hacerte libre y feliz”.
IX
¿Y usted, hipócrita lector, es feliz?