Creo que la vida nos quiere más despiertos.
Tal vez la época del pensamiento ha llegado a su fin.
(…)
Es probable que estemos entrando en una nueva comprensión, en una nueva dimensión.
Todo cambio implica cierto caos.
El cambio siempre es doloroso.
Aliciah
I
Muchas veces he oído a varias personas, incluyendo a mi madre, expresar esto: “quizá es necesario tocar fondo para que uno reaccione”.
Sin embargo, pienso, pocas personas entiende lo que significa “tocar fondo” y estoy seguro de que tampoco tienen la certeza de entender o comprender: el a qué o para qué vas a reaccionar.
La mayoría de las personas buscan que “el otro” reaccione o se encamine a vivir en el mundo según lo que dicta la tradición y la costumbre.
La tradición y la costumbre nunca ha apostado por la auténtica felicidad ni por un verdadero bienestar.
II
A todo esto: ¿qué es la felicidad?, ¿qué es el bienestar de la persona?
Para responderlas, pienso, la persona primero tendría que -realmente- conocerse, para tener en claro aquellas acciones que le provocarían felicidad, por lo tanto, bienestar.
Sin embargo; cuando la persona se dedica a cumplir las expectativas que “otros” han puesto en ella y anda por una ruta heredada o motivada por “otros”, entonces la persona está siendo el vehículo de los sueños, deseos y metas de “otros”.
Y esto se hace, casi siempre, de forma inconsciente.
III
Aliciah, una mujer barcelonesa, estuvo a punto de perder a dos familiares; dos momentos que la debilitaron. El tiro de gracia fue haber sufrido la muerte de José Luis (su primer amor). Estos hechos, más una constante presencia de la culpa (esa hija de la chingada que muchos destruye), la acercaron a un precipicio.
A la culpa, le acompañaron el miedo, el dolor y la soledad; este cuarteto la hizo trastabillar hasta que fue víctima de un cuadro de ansiedad (a sus 24 años) y posteriormente -a los 39 años- llegó una enfermedad catalogada por la FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras). Una enfermedad que derivó en la posibilidad de perder una cornea si no comenzaba a usar unas gotas.
Parecía un túnel con una salida no muy agradable, pues su enfermedad al no ser del todo entendida por la Ciencia tampoco podía ser curada. Y después de buscar opciones “conocidas” para salir adelante, vino a su cabeza la idea de suicidarse.
Allí Aliciah entendió que había tocado, ahora sí, fondo.
Un día (esto me recuerda a lo mismo que le pasó a Saulo de Tarso; hoy conocido como San Pablo): “Sin ningún aviso previo, de repente, de mis ojos salieron dos rayos de luz blanca cegadora. Al mismo tiempo, noté un extraño calor en mi cabeza y una especie de frenazo ensordecedor dentro de ella”.
Esto le provocó que todos sus sentidos se agudizarán y comenzó a sentir mucho y todo en exceso. Se conectó con el mundo. Recurrió a un amigo budista que le dijo: “Creo que has despertado”. Y aquí comienzo un nuevo camino para Aliciah; donde el autoconocimiento, la espiritualidad, la conexión la potencia creadora le fueron indicando el verdadero sendero.
El sendero de Aliciah se pobló de silencio; un silencio que devino en una auténtica y real conexión con la Conciencia Pura; aquella que está libre de “conocimientos heredados y adquiridos por la tradición milenaria”.
Este no estar atada a nada y no saber nada permite tener una mente limpia y capaz de conectar con la Energía del Mundo y comprender las miles capacidades que tiene el Ser Humano. Ese no saber y ese no apego al Mundo permite que uno se conecte con la Conciencia Crística (aquella que te permite crear auténticos milagros de vida).
Aliciah decidió contar su experiencia de cómo logró despertar y la denominó: La Sanación Silenciosa, además de su relato contiene una entrevista que le realizó Jai Arumi (creadora del Método ToBloom: La Intuición aplicada a la Acción). Está publicada por la Editorial Kairós, la cual es distribuida en México por Nirvana Libros.
IV
En la última escena de Los Niños del Hombre, de Alfonso Cuarón, se observa al héroe cargando al primer bebé, después de muchos años, en un bote camino a un barco denominado “Mañana”; Žižek dice sobre esta escena: “el bote no tiene raíces. Carece de raíces. Flota por allí. Para mí, éste es el significado de esta maravillosa metáfora, el bote. La condición de una renovación es cortar tus raíces. Esa es la solución.”
V
Vivimos en un mundo lleno de mucho ruido tanto auditivo como visual.
El Ser Humano, para despertar, requiere de silenciar todo.
El Ser Humano para escuchar a su “Yo verdadero”, debe eliminar todo pensamiento y conocimiento adquirido; debe no tenerle miedo al “No sé”.
El Mundo, al parecer, para mejorar, necesita reiniciar todo; partir de cero.
La mejor manera de fluir con Dios es dejando atrás el pasado, no preocuparse por el futuro y disfrutar el presente tal y como venga.
Aprender a no querer controlar nada, allí está la clave de todo.