I
Todo lo que toca el Ser Humano tiende a pudrirse; escuché en algún momento. Con el paso del tiempo me voy convenciendo de ello.
Estamos consumiéndonos la Tierra a pasos agigantados, pervertimos el significado y objetivo real de las religiones, manipulamos el discurso histórico a conveniencia de la ideología de moda y otras linduras más.
II
La política a mí es algo que siempre me ha apasionado. De más chico admiré a personajes como Porfirio Muñoz Ledo, en algún momento los discursos de Jesús Ortega Martínez me parecían muy atinados. Sin olvidar a Cuauhtémoc Cárdenas y los primeros años de Andrés Manuel López Obrador (antes del episodio en el que se proclamó: “Presidente legítimo”).
Soy una persona que disfruta de ver los debates previos a las elecciones; de chico y acostumbraba ver programas como Zona Abierta, Primer plano, Círculo rojo; y aún veo programas similares como: Es la hora de opinar, Tercer Grado; y veía los programas que se originaron a partir del movimiento #YoSoy132: Sin filtro y Punto y contra punto.
Siempre he buscado nutrirme de todas las corrientes para generar la propia.
III
De unos años para acá, el debate político dejo de tener contenido de ideas y propuestas. Se ha tornado en una guerra de insultos sin tregua y sin fundamento.
La guerra sucia es una constante y la estrategia por excelencia.
Ahora no se busca conseguir adeptos sino que: si no votan por mí que tampoco lo hagan por el otro.
Pareciera que las o los operadores de algunos candidatos buscan que la gente se abstenga de votar o anule su voto.
IV
Hace unos años recuerdo que Andrés Manuel López Obrador se quejaba de la guerra sucia y de que se atacará a familiares en busca del voto y atacarlo a él. Incluso afirmaba que la guerra sucia evitó su triunfó contra Felipe Calderón.
Inclusive hace unas semanas, Beatriz Gutiérrez Müller salió a criticar el hecho de que se haya atacado al hijo de Xóchitl Gálvez con el afán de desprestigiar a la madre.
Hoy, en Puebla, hace unos días el equipo de Pepe Chedraui decidió irse contra la mamá de Mario Riestra Piña como estrategia para desprestigiar al político y manchar el apellido de su familia.
Si con los hijos no, ¿entonces con las madres sí?
¿Acaso en México la figura de la madre no es, prácticamente, sagrada o sólo aplica en algunos casos?
Me parece una estrategia muy deleznable y muy asquerosa. Ruin y cobarde.
De igual forma, me parece deplorable que en el debate presidencial de hace unos días, las candidatas se hayan acusado —sin aspavientos ni consecuencias ni pruebas ni nada— de corruptas, narco candidatas y demás.
V
Cada día, siento más asco por la forma de hacer política en este país.
VI
Vianey García, Karla Martínez Gallegos, Pily Morán, Karina Romero y por supuesto mis queridos, admirados y siempre apreciados: Blanca Alcalá, Mario Riestra y Alejandro Cañedo son personas que admiro por su entereza y forma tan pura de hacer política: propuestas e ideas. En esta misma lista entra mi querida Aurora Sierra que está por cumplir un año de fallecida.
Y sí, también por ellos meto las manos al fuego.
Tal y como lo hago por personas como Mario Alberto Mejía y Pedro Ángel Palou (y en sí, toda la familia Palou).
Fuera de lugar
Duda que obliga: ¿si existe la mafia rumana, todavía existirá la italiana? Es que tengo una lista de personas que no soporto que me gustaría compartirles, también requiero inversiones millonarias para ya dejar de ser una asalariado honesto del gobierno (es que no más no deja y no alcanza).
Saque de meta
Hace unos días, alguien del equipo de Alejandro Armenta me contactó para decirme que no es cierto la posible desaparición de la Secretaría de Cultura para fusionarse con Deporte. Le pedí un boletín de prensa o el proyecto correcto. Sigo esperando.
Y lanzo, nuevamente, la provocación: ¿Cuándo la entrevista candidato Alejandro Armenta para hablar de Cultura y otras propuestas? ¿Apoco le da frío ser entrevistado en vivo por este humilde gestor cultural?