I
Algunos afirman que la vida es un maratón cuya meta es la muerte.
La muerte es la única certeza que la humanidad tiene y se nos ha enseñado a temerle y sufrirla.
II
La Vida es ese transitar donde el ser humano, amparado por su divino y libre albedrío, se dedica a actuar con consciencia y amor o a vivir bajo el precepto: respondo y doy según lo que reciba del otro o de la vida.
III
La distancia/camino que hay entre la vida y la muerte está cargada de un mar simbólico que puede resultar tan divino o macabro como se le quiera ver.
A ese lapso algunos lo definen como: coincidencias, otros apuestan por la palabra: consecuencias.
Ambas, pienso, pueden ser bellas o nefastas; según la óptica desde donde se esté mirando o lo que se haya sembrado.
IV
Esta semana, para mí, se vio marcada por uno de los Arcanos Mayores del Tarot: 13 – La Muerte.
El domingo pasado, el alma de la querida tía Tere de Jesús Lara Romero (familia paterna) decidió que era hora de terminar su misión en este plano y partir hacía otro camino a seguir evolucionando.
Con pocos días de distancia, nos enteraríamos de que Miguel Barbosa Huerta (gobernador de Puebla 2019-2022) moriría por causas naturales.
Entre muerte y muerte, en pleno festejo guadalupano, mi cuerpo enfermó un poco para indicarme que era hora de dejar salir cosas que me están afectando.
Si el bautismo o determinadas vivencias con las sociedades de corte iniciático simbolizan una especie de re-nacimiento; la muerte es una especie de re-nacimiento espiritual/divino del alma: sale de un cuerpo para continuar su viaje evolutivo. Mientras que la enfermedad es un momento para calmarse, recargar energías y dejar ir todo lo malo que está lastimando al alma y cuerpo.
Y a esta cita acudimos sin nada que no sea el alma. Dejamos no sólo cosas materiales, también el cuerpo.
V
La Muerte es uno de los Triunfos de Petrarca (donde Bonifacio Bembo se inspiró para crear su propia versión de juegos de El Triunfo, posteriormente conocido como: Tarot Visconti.
En la Casa del Dean (Museo del INAH) ubicada sobre la 16 de septiembre 505, se encuentra un fresco que representa El Triunfo de La Muerte. Una Muerte que “aplasta” por igual a ricos y pobres, sacerdotes y reyes, mujeres y hombres.
La muerte es, quizá, el ente más democrático que no fue inventado por el ser humano.
Y tal vez, por eso se nos enseña tanto a temerle a la muerte; ya que no importa la clase social, el grado académico o la filiación política, tarde o temprano tendremos que acudir a la cita bajos las condiciones que ella ponga.
VI
La única herencia o legado al que todo ser humano aspira dejar va más en sentido simbólico que en material. Tiene que ver más con las formas en que se vivió, trabajó y amó que con los bienes materiales y/o económicos.
VII
La cruel coincidencia: el mismo año y mes en que murió Martha Érika Alonso y Rafael Moreno Valle, sólo que, con días de diferencia, murió el entrañable tío Alejandro Godínez Marines (esposo de la tía que murió el pasado domingo).
Ambos se fueron en compañía, por decirlo de una forma, de las personas que gobernaban Puebla.
FUERA DEL LUGAR
José María Cajica Camacho, fue jefe de mi papá y de muy niño me tocó conocerlo. Influyó mucho en mi pasión por la Historia. Cuando murió, no fui al funeral ni homenaje ni cortejo fúnebre; pero mi papá me relató lo impactado que estaba por como su ataúd fue acompañado por patrullas y otra serie de acontecimientos.
Hoy, tristemente, presencié algo similar con la muerte de Miguel Barbosa Huerta. Funerales de Estado le llaman.
También me pareció simbólico que hayan sido 3 homenajes.
En mi corta vida, sólo Melquiades Morales Flores había sido el Gobernador más querido por los poblanos.
Hoy, me atrevo a decir que Miguel Barbosa Huerta ya se sienta en la misma mesa que Don Melquiades.
En vida, siempre que podía, Miguel Barbosa reconocía públicamente la labor de Don Melquiades. Esto tampoco es coincidencia.