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Puebla
martes, noviembre 5, 2024

La Cultura una especie de noviciado o sacerdocio

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I

Dedicarse a la Cultura es muy similar (guardando las debidas y respetuosas distancias) a entregarle tu vida al noviciado o al sacerdocio.

Requiere mucho esfuerzo y la recompensa —casi siempre— es simbólica: pues pocas personas conocen el calibre de la labor realizada y rara vez las jefas o los jefes reconocen el trabajo de su equipo.

Y, en la mayoría de los casos, es el pago no refleja el tiempo y calidad de vida humana invertida.

 

II

Del otro lado de la moneda, hay gestoras y gestores
culturales que tienen una extraña idea: los artistas
están para servirme a mí; entonces cuando los contratan: les ofrecen poco y tardan semanas o meses en caer el pago por el servicio brindado.

 

III

Los altos mandos de la Cultura tendrían/deberían
de entender que la trascendencia de su puesto la
sostiene el equipo que le acompaña.

No les haría mal recordar que la trascendencia
histórica la define el liderazgo (el que, además de
dar órdenes, también hace trabajo de campo).

Y, tanto altos mandos como gestores culturales
deberían entender que su labor es abrir las puertas
y caminos para que los artistas puedan desarrollar
satisfactoriamente su labor, así como apelar por la
generación de infraestructura pública y privada con
la finalidad de que, poco a poco, su trabajo artístico
se vuelva rentable y autosustentable.

Sin artistas no tendría razón de ser la existencia de gestores culturales.

 

IV

Dicho lo anterior, es muy triste que el trabajo y gestiones realizadas por Aimeé Guerra Pérez para lograr un reacondicionamiento completo del Complejo Museístico La Constancia —donde cada espacio volvió a abrir sus puertas esta semana con una nueva exposición temporal (destacando la de Mafalda) y la reapertura tanto del Museo de Música Mexicana como el retorno del Museo Casa de la Música de Viena— no haya sido reconocido públicamente en el evento del miércoles pasado.

Estoy seguro de que no fue un error del actual Gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, pues él, además de ser todo un caballero; se ha distinguido por reconocer —con nombre y apellido— el trabajo de las personas cuando es necesario y justo decirlo públicamente.

 

V

Y es preciso decir, con el corazón en la mano, que
durante su segunda etapa al frente del Complejo
Museístico La Constancia, Aimeé Guerra Pérez volvió a demostrar que es una gran gestora cultural y que cuenta con mucha actitud estoica, pues percibía
el sueldo de director de un espacio, a pesar de dirigir/coordinar siete espacios con temáticas museísticas diversas y necesidades distintas. Sumándole las
constantes gestiones para evitar el desbordamiento del canal del río en la zona que comprende el terreno que ocupa el Complejo Museístico La Constancia.

Además de esta clara inequidad económica, varios compañeros y compañeras de menor, igual o mayor rango lo ofrecieron malos tratos, bloqueos administrativos y otras linduras.

 

VI

Empero, Dios, El Universo y la Vida siempre premian a las personas buenas y de noble corazón.

Por ello, no me extraña que Aimeé Guerra Pérez
haya recibido la oportunidad para estar al frente de
la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural.

Seguro estoy de que hará una gran labor.

La empresa es grande, pero tiene la inteligencia, los conocimientos, la intuición y el estoicismo necesarios para sacar avante la nueva encomienda.

Esto es un reconocimiento a su esfuerzo de años y nada más.

Felicito a Pepe Chedraui porqué sumar a Aimeé Guerra ha sido un gran atino y con el tiempo se demostrará.

 

Fuera de lugar

El poder enceguece y el exceso de orgullo nubla la
mente.

Cuando una persona con un pequeño coto de
poder cree que puede hacer lo que sea y cómo sea
porqué nunca ha pagado las consecuencias, le está
gritando al Universo: ¡ya ven a cobrarme la cuenta!

Una persona que construye su camino a la cima
utilizando al otro, sin reconocer el esfuerzo ni el
apoyo, le pasará lo que a la torre de babel: Dios
romperá su camino y la caída será muy dolorosa.

Un gran líder construye con amor, empatía, humildad y en equipo.

Un gran líder impulsa y festeja el progreso de su equipo.

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