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jueves, julio 17, 2025

Hugo Cabrera Cortés: Apóstol de la contracultura

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Fredo Godínez

“Pues yo digo que siempre estoy aquí,

que si me siento lejos volveré,

en cenizas o en forma de lluvia,

tal vez un águila o una tortuga.

 

Estar aquí,

aunque sienta que me vaya.”

Hugo Cabrera Cortés

 

I

“Yo me aventuro a decir que soy los libros que he leído, la pintura que he visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos triunfos, bastante fastidio. Uno es una suma mermada por infinitas restas. Uno está conformado por tiempo, adicciones y credos diferentes”, dijo Sergio Pitol la última vez que estuvo en Puebla para presentar el último libro que escribió.

Es un dicho que últimamente, más seguido de lo que desearía, me viene a la memoria; ya sea por hacer remembranza de los éxitos del pasado inmediato o cuando alguna persona cercana, querida trasciende a la siguiente etapa.

II

Si hubiera un arquetipo para describirte de forma completa, querido Hugo, pienso que sería: Apóstol de la contracultura.

Tu existencia consistió en darle voz a todo artista que formará parte de movimientos alternativos, sociales y migratorios tanto en el arte como en la música, en especial: el rock alternativo. Y junto con Patti López también le entraste a promover, difundir y buscar la preservación de la “tercera raíz”: la población afrodescendiente en México.

Hasta al fútbol le encontraste un camino social.

Y eso, sólo me hace pensar que tenías un don y una misión en este mundo: darle voz a los que no la tienen o a los que necesitan un megáfono para captar más atención.

 

III

El suplemento Subterráneos que evolucionó a Colectivo, tu programa Transeúnte en Radio BUAP, tu columna en el Sol de Puebla y tu proyecto Vías Alternas de periodismo cultural radiofónico del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos fueron tus principales brazos para concretar tu misión cultural.

 

IV

Pero además no eras un simple gestor, eras una persona que entendía el arte desde dentro: tuviste una banda: La cándida Eréndira, y llegaste actuar con el grupo A trasluz.

Facetas que sin duda, te proporcionaron una mayor visión de las necesidades que tenía la comunidad artística.

V

En lo que a mí respecta, debo agradecerte el apoyo que me brindaste en mis primeros pasos -en eso que después se llamaría Gestión Cultural-, pues siempre tuviste espacio para difundir los eventos que hacía.

Creo que nunca te lo agradecí, pero pienso que lo sabías porqué después tú confiaste en mí para hacer nexos con otras personas a las que pensabas o presentías podía ayudar. Mientras estuve en CDMX me pusiste en contacto con algunas personas para hacer comunidad durante mi estancia chilanga. Incluso, en lo que duró mi estancia en el Fonca, me pasaste a visitar algunas veces.

Cuando regresé a Puebla, estabas pendiente de en qué y dónde andaba para ver que podíamos hacer juntos.

Fuiste de las pocas personas que entendía que uno es quien hace a las Instituciones y no al revés.

Contigo siempre había tiempo para la reflexión, el debate y la lluvia de ideas.

Luego, la vida me hizo coincidir con Patti y allí tuvimos otro tema de conversación: lo mágico, lo esotérico, lo místico.

La última vez que conviví largo rato contigo fue en la Fenali del año pasado; nos pusimos a ver libros en un stand de libros usados y encontraste uno sobre Rosacruces y la medicina, me lo mostraste y dijiste: esto se ve muy interesante y es de los temas que últimamente te llaman la atención. Lo escondimos, recuerdo, y dijiste: a ver quién de los dos regresa por el libro.

VI

Hoy, ya no estás y en el tintero se me quedaron preguntas para conversaciones que ya no sucederán sobre: tus experiencia místicas-espirituales-culturales con la Nación Comccac o Pueblo Seri, tu opinión sobre lo que podría hacer o no nuestro “Chelís” al frente de la Universidad del Deporte y cuáles son los nuevos senderos a transitar para seguir en esto de la Cultura.

Y sí, tampoco sabré si regresaste o no por el libro de Rosacruces y la medicina.

VII

Habrá personas que me tachen de ingenuo o hasta de ignorante por creer, sentir y afirmar que tan sólo abandonaste el cuerpo, pero tu alma ha trascendido a su siguiente misión.

Y lo creo porqué sigues haciendo de las tuyas: una amistad tuya de Sonora me escribió para preguntar si era cierta la noticia de tu partida; resulta que tu amigo es un chamán.

VIII

Ojalá, una noche de estas, me visites en mis sueños y podamos tener alguna conversación o me puedas dar luz sobre los senderos que debo seguir transitando.

Por mientras, mucha luz en tu viaje, nos dejas huérfanos y con muchas responsabilidades para evitar que eso en lo que creemos, la Cultura, se vaya al carajo.

Buen viaje, querido Hugo. Ya nos volveremos a encontrar.

 

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