I
Preciso descansar del repaso de los mazos de Tarot más representativos para hablar de otra de mis pasiones: los libros y la lectura; desde la visión de Gestor Cultural.
La edición 35 de la Feria Nacional del Libro de la BUAP (FeNaLi) es el tema que me convoca a robar un poco de su atención.
II
Dicha Feria ha tenido varias etapas, según mi memoria. La recuerdo como una larga venta de libros con diversos anaqueles donde encontrabas hasta discos de trova, música académica y jazz. Había una escasa presencia de editoriales, pero con un surtido interesante. Se realizaba en el 3er patio del Carolino, luego se mudo a San Pedro Museo de Arte para después retornar al lugar de origen.
Luego en un afán de posicionar el Complejo Cultural Universitario- BUAP se comenzó a realizar allí la feria; en esta nueva sede, sí recuerdo algunas presentaciones de libros en algunos de los espacios del Complejo. Sin embargo, es y sigue siendo un reto ir hasta allá, pues la movilidad -como peatón- no es tan buena.
Posteriormente la BUAP estrenaba su Centro de Convenciones en CU y allí realizaron dos ediciones. Me pareció una iniciativa interesante, porque los stands se vestían mejor, se comenzó a apostar por un diseño de imagen y fue más clara la presencia de editoriales transnacionales e independientes; y las presentaciones de libros se hacían casi al lado de los stands. Había dos escenarios, uno por cada piso del Centro de Convenciones.
Luego vino el COVID.
La reciente edición se realiza bajo los siguientes contextos: tiempos de COVID-NO COVID, nueva y primera Rectora (Lilia Cedillo) al frente de la BUAP y la conversión del Carolino en un Centro Cultural.
III
Con rueda de prensa -propia de un magno evento-, un diseño de imagen interesante y una excelente campaña en redes sociales, así como una cartelera atractiva de escritores, se presentó la edición 35.
Por vez primera pensé, soñé, que nos acercábamos a una Feria parecida a FIL-Minería.
Pero la realidad me quedó a deber.
Primer error: un primer patio desaprovechado sin stands, el primero piso de arriba desperdiciado para colocar stands, poca o nula presencia de editoriales y muy pocas novedades.
Segundo error: salvo los fines de semana, la FeNaLi pareciera proyectada única y exclusivamente para la comunidad BUAP, pues las presentaciones top: Mastretta, Villoro, entre otras, se realizaron en horarios laborales para la mayoría del público lector. Y en otros casos, no quedó claro que la presencia sería virtual y no presencial.
Tercer error: una Feria que se realiza sin sumar esfuerzos con la Secretaría de Cultura Estatal, el IMACP y sin la presencia de las autoridades culturales en la inauguración da malas señales y muestra un pobre músculo en cuanto a políticas culturales.
Ya no hablemos de la presencia de la Secretaría de Cultura Federal.
IV
Queda un año para la siguiente FeNaLi, creo que la Rectora Lilia Cedillo está a tiempo de armar un equipo que se reúna con los organizadores del Fil-Minería y Fil-Guadalajara o Fil-Zócalo para recibir experiencias, capacitación; así como sentarse con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana para sumar esfuerzos y encontrar la fórmula adecuada para posicionar a la Feria y así lograr la presencia de editoriales importantes tanto transnacionales como independientes.
V
Hipócrita lector: ¿nos merecemos una FeNaLi como la de CDMX, Monterrey, Xalapa, Fiesta del Libro-UNAM o de plano no somos dignos?
