I – ¿Qué es la Patria?
Según la RAE, están son las acepciones para la palabra Patria:
- f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.
- f. Lugar, ciudad o país en que se ha nacido.
Pero, pienso, que Patria es una especie de arquetipo cívico/histórico en el que se habita en compañía de los personajes históricos (héroes y heroínas) que se admiran y de las personas que coinciden con tu misma forma de mirar y concebir el país en el que se habita.
¿Sirve de algo la Patria?
Si nos vamos a la definición pura y llana, la patria es tan sólo una palabra, como cualquier otra.
Empero, en México nos gusta que la alegoría o la metáfora cobren vida. La convertimos en parte de nuestra familia y cuidado si alguien mancilla a nuestra Patria. Esa especie de ser omnipotente, todo poderosa, que hemos construido a imagen y semejanza de nuestra ideología.
Pensándolo bien, la Patria es la Diosa cívica-cultural que cada persona se construye en su cabeza y a la que están invitados a pasar aquellas personas que se acoplen a nuestra forma de pensar y concebir la misma.
Sólo hay una Patria en la que, casi todas, las personas habitantes de México suelen compartir: aquella en la que la Selección Mexicana y/o deportistas olímpicos representan todas las esperanzas y anhelos de progreso, a través de un deporte. Y la que cada 12 de diciembre le prende una velita, le canta las mañanitas o le agradece el cumplimiento de una manda a Guadalupe, la “Madre de México”.
II – ¿Qué es la Historia?
Para RAE existen varias acepciones, me centraré en las siguientes:
- f. Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados.
- f. Disciplina que estudia y narra cronológicamente los acontecimientos pasados.
- f. Conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc., de un pueblo o de una nación.
En México, la Historia —esa que nos enseñan en las escuelas— se entiende como un conjunto de sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales que son narrados o contados acorde a la ideología que tengan los políticos de poder en turno.
George Orwell sentenció: “la historia la escriben los vencedores”.
Suscribo y anexo: pero la corrigen los historiadores acorde a la ideología política con la que simpaticen o les convengan simpatizar, según quien esté en el poder.
¿Para qué sirve la Historia?
Si ésta se utilizará como lo que es: una ciencia; serviría para comprender de dónde venimos y por qué nos encontramos así. Y con base en ello, entender y corregir el presente con miras a construir un mejor futuro.
Empero, según lo que se aplica en México: sirve para controlar las formas de pensar y, para legitimar ideologías y las acciones tomadas acorde a éstas.
¿Quién y desde dónde se escribe la Historia?
Deberían ser historiadores con perspectiva científica y que en ésta se retraten sin censuras ni tendencias discursivas los hechos, acontecimientos y personajes que marcaron y definieron una época. Una narración que nos permita entendernos sin ideologías de por medio.
Empero, la Historia en México —al menos— se escribe y define desde una óptica ideológica, dándonos una experiencia y comprensión del hecho muy parcial y sesgada.
III – ¿Qué son los héroes patrios y heroínas patrias, y para qué sirven?
Años atrás, de niño, cuando me apasionaba con ceguedad —mejor dicho: ingenuidad— la Historia; me imaginaba a los héroes patrios como una suerte de personajes que defendieron al país con súper poderes mágicos, casi como si fueran personajes de Marvel o DC. Y de todos quería un muñeco de acción o algo que me hiciera sentir cerca de ellos.
Con los años fui entendiendo que eran personas, como yo, que tuvieron aciertos y errores que contribuyeron a la construcción del concepto que hoy tengo por Patria. A todos, en su momento, les ganó la avaricia y el ego les nubló el juicio.
Empero, una serie de políticos —legitimados por una caterva de historiadores— erigieron monumentos escultóricos, documentales, discursivos y literarios en favor de unos y en contra de otros. Los historiadores como cadeneros del antro ideológico de moda.
Esta serie de personajes legitimados y deslegitimados son la punta de lanza que sostiene y da vida al discurso ideológico que busca permear el grupo político, en turno, desde las tres instancias gubernamentales: Ejecutivo, Legislativo y Judicial en sus tres ramas: Federal, Estatal y Municipal; una especie de conclave cívico que modifica y altera la Historia del país a su conveniencia.
IV
Hipócrita lector, ¿y usted a personaje patrio le alzaría un altar cívico?