A mis padres y hermana en agradecimiento por soportarme estos años
I
Se me ha ido un año más de vida y comienza otro más.
Pronto dejaré de habitar el tercer piso y comenzaré a contemplar cómo se ve el mundo desde el cuarto piso.
Esta vuelta al Sol no ha sido sencilla, pues una serie de acontecimientos han ido haciéndome más vulnerable, por ende, más fuerte.
Ser capaz de mostrar la entraña y vivir sin miedo es un auténtico acto de valentía.
II
Un día previo a mi cumpleaños, una persona me rememoró a una frase de mi querido Sergio Pitol: “Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas”. A la que quizá, yo le agregaría, ¡vaya blasfemia!: uno es las muertes sufridas, las lágrimas contenidas, los abrazos consolidados, los besos que nunca se dieron y las risas compartidas.
III
Mi ciclo anterior fue doloroso y aleccionador. Me hizo valorar la importancia del trabajo, pero también requerí aprender a cuidar y valorar más mi esencia, espiritualidad y salud mental. Nada ni nadie puede estar por encima de mi estabilidad. No hay ni debe ni tiene que existir trabajo, amistad, familiar o amor que esté por encima de eso.
La vida y/o Dios, a través de nuevas amistades, me tendió la mano y ofreció la oportunidad realizar algunos sueños y sanar las heridas que me permitieran renacer como Fénix y continuar en mi camino como Mago.
La primera mitad del 2023 me tocó ver, nuevamente, partir una amistad reciente pero que me marcó mucho: Aurora Sierra. Perdí a uno de mis ángeles guardianes, el ser vivo que sabía cuándo me estaba derrumbando por dentro: Nala (la bóxer que fue tanta luz en la familia). Aún no supero el golpe. Ambas ausencias me calan, pero -poco a poco- me voy haciendo a la idea de que gané dos guardianas espirituales que me visitan en sueños para aconsejarme y cuidarme el alma. En este primer trazo del 2023 no sabría que sería de mí sin el sostén de: Sol Montes, Anyi Valerdi, Jazael Lozada, Angy Carranza, Isabel Tello, Flor Galindo, Yosvi Rodríguez y Vania Alvarado; y los siempre eternos: Pedro Ángel Palou, Ana Martha Hernández, Montse Báez, Robert Rodríguez, Varinia Castillo, Mario Riestra, Sixto Rey, Purgante, Hipócrita lector y Dorsia.
La segunda etapa del 2023 fue vertiginosa, exigente, drenadora; muchas veces quise tirar la toalla, rendirme, parafraseando al gran Silvio Rodríguez: cuántas ganas tuve de soltar todo y largarme; pero la Magia de las nuevas complicidades y las viejas amistades me sostuvieron y sostienen de formas que aún no logro explicar: Adán Juárez, Yamel Motta, Eva Rosales, Enrique Glockner, Pepe Morales, Stephanie Garza, Edson Alvera, Karla Espinosa, Aimeé Guerra, Carlitos Flores, Leonardo Pacheco, Chendo Cortés, Mauricio Rodríguez, Miguel Barroso, Karla Miroslava, María Huerta, Patti López, Mónica Gutiérrez, Nancy González, Gabs, Laura Mendoza, Xavier García de Marco, Grace Balcázar, Óscar Pinto, Manuel Pinto, Fernanda Natarén, Abril Carro y me faltan más.
Y sí, no se me olvida la mano tendida por parte de Anel Nochebuena, a quién siempre le agradeceré haber lanzado la cuerda en una etapa compleja de mi vida.
Podré ser crítico, imposible e insoportable; pero nunca mal agradecido.
IV
Mi ciclo ha iniciado y tengo fe de que vendrán cosas mejores.
Confío en mi Magia y en que todo fluirá acorde a los designios de Dios.
V
“Tantas veces me borraron, tantas desaparecí/ a mi propio entierro fui sola y llorando/ hice un nudo en el pañuelo, pero me olvidé después/ que no era la única vez/ y seguí cantando” escribió María Elena Walsh.
“Solo quiero relajarme/ ya me harté de la melancolía./ Me concentro en lo importante,/ programarme en busca de alegría/ y si de pronto se complica/ pues fuga a una playa bonita./ Y estresarme perjudica y recuerdo que/ somos instantes/ un ratito nada más”, canta Caloncho.
