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miércoles, noviembre 26, 2025

La caída de un político que se creía Rey

La caída de un político que se creía Rey

🐷 NOROÑA ES TODO UN CASO. Inició en la vida pública como alguien con futuro. Y es que tenía todo: liderazgo social, activismo inédito, discurso convincente. Era capaz de enfrentar a policías, guaruras, granaderos. Siempre lo tiraban al piso, y él siempre se levantaba. Con esas credenciales fue ganándose un nombre, hasta que empezó a llover café en su milpa.

 

🐽 NOROÑA CONOCIÓ a Andrés Manuel López Obrador en los años noventa. Ambos militaban en el PRD. No hubo buena química debido al carácter gritón de nuestro personaje, mismo que contrastaba con la actitud serena de AMLO. Cada quien tomó su rumbo.

 

🐗 SE VOVIERON A ENCONTRAR en el fraude electoral de 2006, pero tampoco hubo química. Noroña se refugió en el Partido del Trabajo y ahí empezó a tejer con Alberto Anaya, el líder eterno del PT. Llegó a la diputación federal gracias a éste, a quien le dio la espalda años después, una vez que logró ser admitido en Morena.

 

🐌 EN UN PAÍS DONDE pocos políticos leen, Noroña leyó un par de libros de Anabel Hernández y ahí se enteró del pasado turbio de Genaro García Luna. Con los mismos argumentos de la experta en delincuencia organizada, pero sin darle crédito, se le fue encima al secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón en dos comparecencias en San Lázaro. Eso bastó para que se volviera un personaje público de cierta relevancia.

 

🦟 LOS AÑOS PASARON. AMLO llegó a la Presidencia de la República. Noroña arribó, otra vez, a la Cámara de Diputados. Sus gritos resonaron en varias ocasiones en ese ámbito y llegaron hasta Palacio Nacional. Sin ganarse la confianza del presidente, éste lo volteó a ver y terminó por incluirlo en la célebre lista de las corcholatas.

 

🦧 TRAS LLORIQUEAR para que le dieran la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado como premio por su cuarto lugar en la contienda por la candidatura a Palacio Nacional, finalmente fue ungido, y ahí empezó su drama. En esa silla le nació un protagonismo brutal y un afán desmedido por gastar (dinero público). Se compró una casa de doce millones en Tepoztlán, viajó a Europa en primera clase y se hizo de un equipo de asesores a costa del Senado.

 

🦃 EL ESPÍRITU NOROÑA afloró con más fuerza. Empezó a denostar a todo mundo (sobre todo a las mujeres). Se fue ganando la antipatía de todos. Se fue quedando solo. Su última torpeza fue írsele encima a Grecia Quiroz, viuda de Carlos Manzo, el alcalde de Uruapan, Michoacán, ejecutado por el Cartel Jalisco Nueva Generación. Sus descalificaciones fueron reprobadas sutilmente por la presidenta Sheinbaum. Es el final. No hay futuro político en su agenda. Es una lástima ver su caída. Todo lo que acumuló en su carrera política se fue al barranco. Y aún así cree que será presidente en 2030. Es, hoy por hoy, un paria más en este país llamado México.

 

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