Cuando Selene Ríos, Yonadab Cabrera y yo abrimos CENTRAL lo primero que buscamos, lo primero que queríamos era una oficina.
Un lugar a dónde llegar.
Unos días antes habíamos renunciado a nuestro trabajo y no teníamos idea de qué íbamos a hacer.
La primera opción era convertirnos en corresponsales de algún medio nacional y después irnos a trabajar a la Ciudad de México, ese era como el “sueño americano” de los periodistas.
De lo que estábamos seguros era que no podíamos dedicarnos a otra cosa, porque esto, el periodismo, es lo único que sabemos hacer.
Así me lo dijo un día Selene cuando decidimos que haríamos un periódico. Hacer periodismo era lo único que en ese entonces sabíamos hacer y es lo único que yo sé hacer, lo que más disfruto, lo que en verdad me apasiona.
Fundamos CENTRAL con el mejor aliciente para hacerlo, la libertad de ser y escribir y decir y señalar.
Al primer escándalo al que nos enfrentamos fue al de ¿quién estaba detrás de nosotros? Porque normalmente hay alguien, un político o empresario poderoso.
Nos llevó tiempo demostrar que no era así. Que fuimos solos.
Hoy, 23 de junio del 2022, con una profunda tristeza debo escribir esta columna para despedirme del periódico que fundé y por el que he trabajado 10 años.
Apenas el pasado 6 de mayo, cuando escribí y leí mi discurso para festejar estos 10 años de Periodismo Irreverente, no pensaba en que un día me iría y mucho menos que sería tan pronto. Pero si lo pienso bien, ese día lo supe.
No sé cómo explicarlo, hubo un ruido enorme en algún momento.
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CENTRAL es, por todos los que hemos trabajado aquí, uno de los medios más importantes de Puebla, lo seguirá siendo porque ha llegado a su destino y se mantendrá ahí.
Pronto el Consejo Editorial tomará la decisión de quién asume la Dirección del periódico.
En estos días he hablado de esto ya con las personas que más quiero, a todas ellas les agradezco por escuchar y por el apoyo.
Le agradezco a la familia de Selene Ríos por la confianza todos estos años y su compromiso siempre para que CENTRAL salga adelante.
No quiero usar el eufemismo del “cierre de un ciclo”, quiero decir que he decidido irme y ya.
Adiós, centralitos.
