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sábado, noviembre 23, 2024

IA: Temores e imposturas

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GERARDO HERRERA CORRAL*  

La Unión Europea votará pronto la legislación que regulará el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) en los años por venir. Las discusiones comenzaron sin que hubiese nunca la necesidad de pausas de seis meses. La nueva ordenanza ha estado sobre la mesa desde hace años y ha alcanzado una resonancia tan amplia que rebasa los linderos de Europa. Las compañías del ramo han tomado cuenta de lo que no tiene futuro –por lo menos legalmente hablando–; esa difusión es lo que da sentido a los sistemas jurídicos.  

La “comisión europea de expertos de alto nivel en IA” publicó en 2019 los documentos: Ethics Guidelines for Trustworthy AI (Guía ética para una IA confiable), así como Policy and investment recommendations for trustworthy AI (Recomendaciones de política e inversión para una IA confiable). Desde entonces resultó evidente que había que llevar esos preceptos a una legislación.  

En febrero de 2020 la comisión publicó un White Paper on AI, esto es, un documento técnico con políticas para la promoción y consumo de tecnología de IA; y, finalmente, en abril de 2021 se publicó la propuesta para una regulación a la que se denominó Artificial Intelligence Act (Ley de Inteligencia Artificial). Esta será votada en pleno en unas semanas.   

François Joseph Bosio, Hércules y Aqueloo en forma de serpiente combaten por el amor de Deyanira, 1824, bronce. Museo del Louvre.

En los Estados Unidos se emitió en 2021 el USA National AI Initiative Act, citada a menudo como AIA, y ahora el asunto es actualizarla y aplicarla.  

El mismo Elon Musk había ya expresado su interés por que se regule lo que puede afectar sus negocios, aunque ahora la reacción reaparece con la llegada de “chatbots” o robots parlantes.  

En estas circunstancias la demanda de pausar el desarrollo parece ser más una queja. Se parece a la ambición frustrada detrás de una exigencia.  

La carta abierta firmada por el magnate llega justo después de la liberación de GPT-4 y hay quien piensa que se trata de una reacción no al sistema más potente –que, arguyen, representa un peligro para la humanidad–, sino al hecho de que el empresario no participa en el proyecto. No lo sabemos, pero sí sabemos que los avances de la IA pueden representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra, por lo que debe ser planeada y administrada con mesura.  

También representan cambios profundos en la manipulación genética de plantas y la ingeniería genética humana. No es la primera ni será la última ocasión en que la humanidad se somete al cambio profundo que puede tener un hallazgo, una invención inesperada o un desarrollo tecnológico.   

Alberto Durero, Baño de hombres, circa 1496, xilografía. Museo de Arte e Historia, Ginebra.

La exploración del continente americano en el siglo XVI es un ejemplo de empresa humana con peligros gigantescos. No solo llegaron a ambos continentes nuevos patógenos –que en el caso de América diezmaron la población a niveles cercanos a la extinción–, también se introdujeron de manera indiscriminada nuevas plantas aquí y allá, acabando con especies y modificando el medio ambiente.  

Se aniquiló una buena parte de conocimiento adquirido, lenguas y testimonios, historia y costumbres. La destrucción y enorme pérdida ocurrió aún bajo las regulaciones de la corona española y a pesar de la intervención razonable de muchos que señalaron la devastación e intentaron detenerla.  

Aunque el más exhibicionista de los adinerados sea quien le dé mayor difusión a los asegunes de la IA, la carta fue firmada por muchos. Otros más se han expresado sobre el tema y muchos formadores de opinión han manifestado sus inquietudes.  

En la discusión generalizada aparecen dos tipos de reflexiones: aquellas de carácter académico, preocupadas por la naturaleza real de las cosas, por la inaccesibilidad de las máquinas a lo que realmente es inteligencia; y otras en que se discuten los aspectos prácticos, las aplicaciones peligrosas, la amenaza de la técnica.  

Imagen generada mediante Midjourney Ai para Mercurio Volante.

El artista y escritor británico, James Bridle, considera que las IA se “basan en la apropiación indiscriminada de la cultura existente”. Debemos, pues, tener cuidado, dice, porque “en su intento de comprender y reproducir la totalidad de la cultura visual humana, han recreado también nuestros miedos más oscuros” 1 .  

La opinión del lingüista Noam Chomsky fue muy difundida2 . Expresó su temor ante la posible degradación de la ciencia y la ética al incorporar una concepción errónea del lenguaje y del conocimiento.  

En un artículo de la revista Scientific American, Anthony Zador y Yann LeCun 3 afirman que la inteligencia artificial nunca experimentó el proceso de evolución por el que sí pasó la inteligencia humana, de manera que no desarrolló el instinto de sobrevivencia que conduce al impulso de dominar a los otros.  

Me parece que esta es una apreciación que se queda corta porque la fuente del nerviosismo no es necesariamente eso, sino el hecho de que una inteligencia humana detrás de las máquinas permitiría el uso tiránico de los avances técnicos. Como, de hecho, parece ocurrir ya en cierta medida. 

Como puede verse, la generación de
textos e imágenes mediante el análisis
de datos a través de algoritmos (GPT) es
apenas una pequeña subdisciplina del
vasto y ambicioso entramado de la IAG. Sin
embargo, por su manipulación mediática ha
adquirido notoriedad en fechas recientes.

La técnica es inevitable. Podemos y debemos regular su avance, pero sabemos que la regulación no detendrá los impulsos de aquellos ambiciosos de poder y gloria que buscan trascender a cualquier precio, sin importar las circunstancias. El trabajo de transgénicos humanos está prohibido, pero ya existen seres humanos transgénicos, y un delincuente goza de fama y visibilidad después de haber pasado tres años en prisión (veáse el artículo Ciencia ilegal, en la edición de Mercurio Volante de febrero 2023, https://hipocritalector.com/gerardo-herrera-corral/ciencia-ilegal/ )  

Más allá de todo, creo que muchos pensamos que la llegada de la inteligencia artificial como amenaza tendrá consecuencias positivas: nos estará forzando a pensar en cómo crear una sociedad más empática, cómo recuperar los valores humanos y hacer de éste un mundo mejor.  

Gabriel Ferrier, Scènes de l´inquisition en Espagne, 1879, óleo sobre lienzo.

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