De verdad que a medida que pasan las fechas nos seguimos enterando de situaciones anómalas en el estadio Cuauhtémoc.
Resulta que, durante los últimos años, las distintas administraciones del equipo Puebla fueron construyendo palcos de manera irregular en la zona antigua del Estadio Cuauhtémoc, básicamente por encima de los accesos alrededor del estadio.
Estos palcos obviamente no cuentan con títulos de propiedad y eran utilizados por los dueños para agasajar a sus invitados especiales, se les proveían de boletos que se imprimían en el club, pero a espaldas del verdadero dueño del estadio que no es otro que el gobierno del estado.
Sin embargo, las actuales autoridades, después del tema del Corona Lounge, realizaron una inspección por parte de la Secretaría de Administración donde detectaron estas irregularidades.
Y vaya que encontraron, resulta que la actual directiva en manos del Hobbit Ro(b)a y los 40 ladrones rentaban estos palcos a distintos interesados en aproximadamente mil pesos el boleto. Aclaro que los palcos van de seis a ocho lugares por palco.
En un lleno contra el América, Chivas, Cruz Azul o Tigres, y ya ni qué decir del repechaje o cuartos de final o hasta semifinal, instancias a las que ha llegado el equipo en esta época, al multiplicar ocho lugares por 35 palcos, dan como resultado una cantidad de 280 mil pesos libres de polvo y paja y que ni siquiera se les tendrían que reportar a los verdaderos dueños del equipo, pues como le decía, los palcos no están registrados.
Nada mal para los que nos preguntamos de donde, entre otras cosas, sale el dinero para los bacanales y fiestas en el estadio, además de mantener a una bola de vividores que simplemente viven a expensas del equipo.
La Secretaría de Administración del Gobierno del Estado, por instrucciones del gobernador Miguel Barbosa, tomó la decisión de decomisar estos 35 palcos y evaluar qué es lo que se va a hacer con ellos.
Por un lado, demolerlos es un gasto alto; por otro, se evalúa regularizarlos y ponerlos a la venta, lo cual sería lo más saludable para que el gobierno estatal recupere algo de lo invertido y de tanto de lo que se han beneficiado quienes hoy administran el comodato del Cuauhtémoc.
Veremos qué decisión toma el gobernador y cuál será el destino de estos palcos que, durante años, han sido manejado de manera oscura y bajo el anonimato.
Otro hecho que desde el partido contra Santos y ahora frente a León quedó de manifiesto, fue la manera en que el famoso Corona Lounge fue historia, al regresar, por instrucciones del Ejecutivo del estado, para lo que fue diseñado: beneficiar a la gente con capacidades diferentes o con alguna discapacidad y se vio lleno de aficionados con estas condiciones, disfrutando del partido.
Esas terminan por ser acciones en beneficio de la gente más necesitada y determinaciones que se toman con pantalones.
Para quien esto escribe, me llena de gusto que una denuncia pública fue atendida directamente por el gobernador Barbosa, al darse cuenta que se estaba vulnerando por parte de estos vividores a los más necesitados.
Enhorabuena.
En lo futbolístico, el equipo de Larcamón no pudo igualar lo realizado por la escuadra de 1996 cuando era dirigida por Aníbal Ruiz donde con la franja naranja se ganaron los primeros tres partidos del torneo.
Sin embargo, siete de nueve puntos disputados son una muy buena cosecha para abrir boca.
Después del empate a un gol frente al León, ahora se vienen dos visitas seguidas frente a Cruz Azul y Monterrey , ahí veremos el desarrollo de la escuadra jugando en patio ajeno y las posibilidades que el equipo pudiera tener en el desarrollo del torneo.
Confiamos que Larcamón y los suyos sigan exhibiendo un buen fútbol y cosechando buenos resultados.
Ya lo veremos.
Nosotros como siempre seguiremos en línea.
Hasta la próxima.