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jueves, noviembre 21, 2024

La delgada línea

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Qué difícil es para un deportista o en este caso para un director técnico ganarse la confianza, el respeto y el cariño de una afición y qué fácil puede ser perderla, una declaración, un mal gesto o incluso una mala interpretación pueden dar al traste con una estupenda relación entre técnico y afición.

Todo esto viene a colación en relación con lo sucedido en el estadio Cuauhtémoc, al finalizar en empate del Puebla contra Bravos de Juárez y donde una buena parte de la tribuna se le volteó a Nicolás Larcamón al abuchearlo a él y al equipo ante la inconformidad de los aficionados que ante la ausencia de triunfos (9 partidos) empiezan ya a desesperarse.

La franja, después de 11 partidos, cuenta con dos ganados, 8 empatados y un perdido para 14 puntos y mantenerse en zona de repechaje.

Sin embargo,  aun cuando hasta el cansancio hemos explicado que la franja cuenta con un plantel limitado y que además ha sido azotado por las lesiones, al aficionado común y corriente eso lo tiene sin cuidado y ellos quieren ver a su equipo ganar sin importar cómo.

Debo reconocer que aunque soy un larcamonista por cómo ha logrado infundirle mística a sus jugadores y por la manera en que enfrenta los partidos, también sé que ganar cuatro de los últimos 23 partidos tampoco es nada para presumir y que quizás, aunque el equipo pierde relativamente pocos juegos, la falta de victorias, a otro DT, ya le hubiera costado el puesto; sin embargo, no a Larcamón, quien a pesar de todo mantiene a los Camoteros en zona de repechaje.

Sus bonos siguen siendo altos, pero debe ser cuidadoso y no caer en la soberbia que caracteriza a los empleados del equipo que se presentan como directivos que en la mayoría de los casos son “vomitados” por la afición en general.

Larcamón, ante los abucheos, declaró en tono molesto que estos eran injustos pues a él se le debía que el público se hubiera “reencantado” con su equipo, el cual dio a entender que antes de él era una especie de “roña”.

Quizás no le falte mucha razón para pensarlo, pero eso de decirlo como que no va con alguien que había mostrado una madurez admirable aún en los momentos de triunfo o victorias.

Que eso lo digan otros, que lo digan los medios (pagados por el club o no), que lo digan los aficionados, que lo digan los jugadores pero no él, pues bien dicen que alabanza en boca propia es vituperio y eso le puede causar serios problemas al técnico argentino ahora que digamos que está “volando bajo” de acuerdo con los resultados.

Ya la excluida porra del Zorrilo se ha soltado el pelo contra el ‘pampero’ en redes sociales, la cosa está que arde en el tema de las porras y las complicidades con Ro(b)a y los 40 ladrones, la molestia a pesar de todas las explicaciones posibles dadas y por dar, salen sobrando y si los resultados no se dan y Larcamón y su gente empiezan a caer en la desesperación, el final de la historia podría no ser el más agradable posible.

Queda claro, al menos para mí, que si Larcamón no estuviera, el Puebla podría estar corriendo la misma suerte de las “Subs” en manos del impresentable Manolo Vega, quienes generalmente liderean el torneo en los últimos lugares de sus respectivas tablas.

Es por eso importante que Larcamón se ponga una bolsa de hielos en la cabeza, se enfríe, no caiga en la soberbia de los empleados del club y siga manejando al equipo como un ente aparte de ese entorno tan dañino que termina por contagiar al más sobrio y al más inteligente.

Es momento de que convoque a los aficionados y medios a una cruzada a favor de la escuadra y que cada quien haga lo que tenga que hacer para que las victorias lleguen en este final de temporada y los Camoteros lleguen con posibilidades reales de competir en el repechaje.

Bueno, al menos eso pienso yo que debería de hacer.

Por lo pronto el jueves se estarán metiendo al Corregidora de Querétaro ante estadio vacío y veremos si por fin recuperando a gente como Omar Fernández y Emanuel Gularte se puede obtener la ansiada victoria que vendría a poner paz en el campamento camotero.

Nosotros estaremos muy pendientes del desarrollo de este encuentro.
Suerte para el equipo y es momento de apoyar cada quien desde su trinchera.
Ojalá a las cosas mejoren a la brevedad.

Nosotros como siempre seguiremos en línea.

Hasta la próxima.

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