Mucho tienen que pensar las distintas aficiones sobre el rol que juegan en el futbol mexicano sus equipos favoritos.
En nuestra liga existen varios tipos de escuadras, tenemos a las que son consumidoras y que por su poder económico sus departamentos de inteligencia deportiva se basan en “cachar” a los mejores jugadores de cada equipo para irlos comprando y adhiriéndolos a sus planteles con la única misión de campeonar.
Instituciones como América, Cruz Azul, Tigres y Monterrey son clubes cuyo único objetivo es levantar la copa año con año, en esa exigencia tanto de su directiva que es la que invierte como de su afición, no existe absolutamente nada que pueda compensar la no obtención de un título.
En otro escalón se encuentran los equipos productores de jugadores como en su tiempo lo fueron Pumas y Atlas y a los que se han adherido los equipos de grupo Pachuca, como son los Tuzos y el mismo Club León, los cuales generan y trabajan bien sus fuerzas básicas para posteriormente mostrar a sus jugadores a través de sus escuadras y lograr venderlos tanto a Europa como al mismo futbol mexicano.
Mire usted si no: Tigres le pagó a Pachuca 12 millones de dólares por Nico Ibáñez, a Kevin Álvarez lo acaban de vender al América por 11 millones de verdes, a Mauricio Isaías en alrededor de 10 millones de dólares y a Víctor Guzmán en aproximadamente 15 kilos; es decir, Pachuca, únicamente en la venta de cuatro jugadores pudo reunir 40 millones de dólares, algo así como 800 millones de pesos y algo más, pues dos de estos cuatro jugadores fueron canteranos.
Ante este escenario, equipos como Puebla intentan, de acuerdo con sus posibilidades, generar dinero para su manutención mediante otro esquema que no es otro que encontrar talentos desperdiciados en la liga de expansión y tratar de hacerlos jugar para así mostrarlos y posteriormente, venderlos, situación que funcionó con la acertada llegada de Larcamón quien logró aglutinar a jugadores con poco cartel ofreciéndoles la promesa de que mediante un buen desempeño durante el torneo, se les darían las facilidades para poder salir en transacciones convenientes para ambas partes, situación que terminó por ocurrir.
Con los extranjeros sucede lo mismo en el club camotero, traen jugadores con bajo cartel a precios casi de regalo o remate y se juegan la apuesta para mostrarlos y después venderlos.
La lista de los jugadores que han salido de La Franja es amplia y muy conocida.
El ya conocido Puebla SA de CV como lo bautizó el monigote que tienen como director de desarrollo institucional (Poblete) está en su derecho de actuar y hacer negocio de la forma en que le platico; sin embargo, lo que no se vale es que no se lo expliquen al aficionado común y corriente y los traigan a mentira tras mentira, ilusionándolos de que el torneo que viene ahora sí es el bueno.
Si fueran más transparentes y menos mentirosos, quizás no tendrían a gran parte de la afición encima, una afición acostumbrada a perder y a vivir de las sobras de otros equipos, acostumbrada a ser manipulada, engañada y vejada por unos empleados directivos que sólo han venido a Puebla a ver que se llevan y a menospreciar al aficionado poblano a los que acostumbran a referirse como “pinches indios”.
Por eso mismo, al principio de esta entrega comentaba que cada afición debe de tener claro para qué está su equipo, identificar bien si está para buscar el campeonato, está para producir jugadores de la cantera para vender o está para rescatar cartuchos quemados y de las sobras tratar de hacerlos reaccionar para después venderlos como es el caso de nuestra querida franja.
En otro grupo se encuentran también los que sólo vegetan para intentar mantenerse en el máximo circuito.
La Franja se encuentra en los que al menos intentan sobrevivir a base de revivir cartuchos quemados y debo reconocer que en algunas ocasiones le ha salido a pedir de boca.
Arce no quiere a los viejos.
Lo que quedó claro es que Eduardo Arce ha decidido deshacerse de los jugadores mayores que le puedan hacer sombra en el vestidor o influir en los jóvenes.
Considera que los veteranos deben irse y darle cabida a los jóvenes para continuar generando prospectos que puedan ser vendidos a corto plazo.
Es por eso que ante el término del contrato de Antony Silva y Federico Mancuello intentarán desprenderse de ellos para al menos sacar algo de dinero, pues saben bien que una vez vencido el mismo, el jugador se puede marchar sin dejarle un solo peso a la institución.
Matan dos pájaros de un tiro, lo que habría que ver es si algún equipo está interesado en pagar buen dinero por los jugadores veteranos.
En otro orden de ideas, el colombiano Kevin Velasco ya se encuentra en la ciudad de Puebla y el jueves estará reportando junto con el grueso del plantel para iniciar exámenes médicos y posteriormente la pretemporada.
Veremos qué sorpresas nos depara este próximo mes, cuando se moverán cosas en cuanto a salidas y llegadas de jugadores.
LOS EMPLEADOS HACIENDO DE LAS SUYAS
Ro(b)a y los 40 ladrones tuvieron acceso, mediante una petición a Mariano Varela, a algunos boletos para la gran final entre Chivas y Tigres.
Entre los equipos se acostumbra a dar algunos boletos a las directivas que así los solicitan.
Desgraciadamente en Puebla, Ro(b)a y Cía. los pusieron a la venta en 22 mil pesos.
Lo dicho; con el sello de la casa.
Nosotros como siempre seguiremos en línea.
Hasta la próxima.