Ante la casi inminente definición por parte de Morena para sus abanderados a las distintas alcaldías, los escarceos, acuerdos debajo de la mesa y todo lo que tenga que ver para la consecución de ese objetivo intensifican su actividad proselitista. Muchos se quedaron con la idea de que cerrarían las puertas a los provenientes de otros partidos.
Craso error. Lo que está en juego no es cualquier cosa, no es una elección normal, habida cuenta de que se renovarán los integrantes de los congresos de los estados —en varios casos— y a los integrantes de Congreso de la Unión… ni más ni menos, piedra angular para la aceptación de las iniciativas de los gobernadores y del presidente de la República.
Debido a esa importancia, el trabajo de filigrana se realiza en las oficinas del mismísimo Mario Delgado, presidente de este partido político a nivel nacional.
Se puede decir que es una definición de candidatos atípica en razón de que permitieron su ingreso hasta alcaldes que llegaron bajo las siglas de otros partidos y quieren aprovechar la tablita para continuar otro trienio —diría Pascasio— donde he oído eso, en varios de los casos, en estos momentos son los más preocupados y un día se muerden las uñas y otro igual.
Quienes ya han sido alcaldes cobijados por otro partido, hasta uno que otro independiente, saben lo que se está cocinando en Morena, ellos, hasta sus propias encuestas han mandado hacer, para eso es el presupuesto caray. Por todo ello, el razonamiento que contiene el decálogo que firmaron en sus capacitaciones ya saben de sobra que no queda otra más que aceptar la definición. Más de uno de ellos, con los recorridos señalados, les expresarían a su respectivo equipo cercano de seguidores: será como en los viejos tiempos, aunque algún escéptico igual revira que suena a fake. Y vaya que no tan igual. Quienes han decidido permanecer hasta el final, saben que ya no habrá más acuerdos bajo la mesa, que ya no se va a valer darse por engañados o sorprendidos. En fin, la gran moneda está en el aire. Un día amanece con cara y otro con cruz… pero sigue en el aire.
Lo que en otros tiempos sorprendería es la huida del PRI. Obviamente, ya no son esos tiempos, otros escenarios y otras definiciones. Una vez que hipócrita lector publica la exigua lista que registró, el otrora partidazo revolucionario institucional, PRI, no deja más que exponer la radiografía de un esqueleto político que en otros años fue el definitorio para estas lides.
Así las cosas en la sierra norte del estado de Puebla que se repite en varias demarcaciones de otros estados. La morena-señal está avizorando y esperando que la luna llena la acuerpe.
