Tiempo de carnavales, tiempo de ferias de los pueblos de La Sierra. Tiempos de pecados veniales y pecados mortales. La cuaresma encima, dirían los blasfemos.
Hablando de carnavales, unos pueblos conservan sus usos y costumbres, tal vez el más emblemático -hasta donde mi vista alcanza a ver- es el de San Pablito Pahuatlan. Otros han quedado en el olvido de sus orígenes y los más se han mutado a una serie de comparsas con uniformes similares.
En Xicotepec llegó a crear fama uno ancestral que en el año de 1997 lo proscribió la autoridad en turno porque atentaba a las buenas costumbres y agredía a las buenas conciencias.
Y las ferias han tenido su connotación y su repercusión en los pueblos, de acuerdo con la calidad y popularidad de los artistas. Casi se llega a calificar a los alcaldes por quienes traigan a las ferias.
El popular Pascasio con su sarcasmo característico dice: tal vez para comer no haya suficiente, pero eso sí, ya preguntan desde hace un buen tiempo (bueno entrando el año), qué espectáculo va a ver. Pan y circo, vuelve a decir el notable Pascasio.
Y para este tema desde luego que el Comandante Oreste tiene su participación con apuntes que datan de cuando se organizaban las primeras ferias. Desde que los centros históricos de los pueblos eran atiborrados de los famosos juegos mecánicos y que desde lo lejos se veía la estrella de la rueda de la fortuna.
LAS FERIAS DE MI PUEBLO
Mis recuerdos se alborotan
con pensamiento tiranos
Son de esos instantes sanos
en que escuchaba los sones
Que alegrías y discusiones
en la carpa de mi calle
Los huastecos eran de valles
Y los clientes de la sierra.
En la feria de mi tierra
los oía hasta que dormía
Porque para suerte mía
cerca a mi casa se armaba
la galera, que la cervecería daba
Con carrizos se cercaba
Y la juerga comenzaba
Con cervezas y con gritos
Luego más adelantito
Los molotes preparaba,
doña Trini se esmeraba
Por darle a tanto canijo,
De cables un enredijo
En el parque se plantaba
Los juegos que ahí armaban
Con focos se coloreaban,
Si te sentías muy canijo
En la rueda te trepaban,
Y en las vueltas vomitabas
de abajo, se lamentaban.
No estar bajo cobijo
Quisieran saber, de cual hijo
Les llego la cochinada,
Frente a palacio se alzaba
El templete con sillones
Para coronar las flores
Que nacieron en la sierra
Es magnífica mi tierra
Con un lienzo en esplendor
Juegan hombres sin pudor
Floreándose ahí la reata
En caballos … otros a pata
Siempre premiando al mejor
En la gloria de los sábados
costumbre que ya no es vista
De tauromaquia el artista
Y alguno que otro festejo
artistas dejan perplejo
Al público con afán
Casa Madero dirán
O las noches tapatías
No existían noches frías
Con el público candente,
subirse al remolino estridente
Aunque se pare de patas
Les demuestro a las pilcatas
Que soy un chavo valiente
Que le saludo ferviente
Por el sonido local
Poniendo cara sonriente
Queriendo no quedar mal
Por si me quiere sonar
El que a pasearla le dijo
Y ese guiño y lo que dijo
Cuando a cruzarnos estaba
Le aseguro que babeaba
Por aquellos ojos verdes
Mas se fueron como ensueño,
Y llegaron los fuereños
Con más ideas zalameras
Organizando primaveras
En espacios más perrones
Los Bailes en audiciones
Parados en escalera
Solo pa la gente aquella
Que gusta de su misión
Les hacen un corralón
Que gocen en el viaipi
Pero señores que boten…