Era cerca del mediodía del 30 de noviembre de 2012.
En una de las oficinas de turismo de las calles céntricas de la Ciudad de México, un grupo de personas de la sociedad civil acompañaban a Carlos Barragán Amador, quien llevaba bajo el brazo un expediente que apenas podía con él.
Justo ese día era el ultimo del gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, el tan cuestionado presidente de la República Mexicana. La comitiva aludida había salido muy temprano con una gran expectativa: obtener el nombramiento como Pueblo Mágico al municipio de Xicotepec.
A lo anterior antecedieron una serie de reuniones con la sociedad civil, prestadores de servicios, consejo de la crónica, artesanos, etc. Fueron integrando un expediente que para reunirlo fue una labor titánica. La labor de recopilar la información de toda la riqueza cultural, artística, de producción de café, de la labor artesanal, de las grandes extensiones territoriales de vegetación y del pasado prehispánico, no hubiera sido posible reunirlo por quienes estaban en el Ayuntamiento Municipal. Muchos aseguran que la balanza que inclinó la preferencia hacia Xicotepec después de que estaba un altero de solicitudes fue el centro ceremonial de Xochipila —algunos mal pensados dicen que fue una oferta económica en favor de los que ya tenían las maletas hechas para abandonar Palacio Nacional—, cualesquiera que hayan —o haigan como decía el clásico—, ha sido un nombramiento que ha posicionado a Xicotepec como uno de los sitios mas visitados, tanto por su cercanía con la Ciudad de México y de otros estados aledaños y allí pa’l real como decían nuestros ancestros. Xicotepec ha cambiado, se ha transformado, a decir de personas que vivieron hace mucho tiempo aquí.
En la celebración del décimo aniversario del pueblo mágico, el actual ayuntamiento pretende echar la casa por la ventana; prometen tener una agenda que permita atraer a los visitantes de la Ciudad de México y de varios estados aledaños a Xicotepec.
En este marco se hará la presentación de La Lluvia y las letras en Xicotepec, siendo la quinta antología que presentan los escritores de este grupo que han transitado durante mas de 20 años en una ardua tarea de creatividad y de ser cómplices del nacimiento de mas escritores no solo del municipio, sino también de la región serrana de Puebla. El día de la presentación será el sábado 3 de diciembre a las 7 de la tarde en el área cultural que será instalado en la entrada del recinto ferial.
Para muestra dos botones:
AUDBERTO TRINIDAD SOLÍS
El 4 de noviembre recibió la Presea SETEPID 2022, en el ámbito literario, que también resultó ganador en el 2015 en su primera edición. Es un reconocimiento que el Sindicato Estatal de Trabajadores de Puebla, Independiente y Democrático a docentes autores de poesía, cuento, novela, obras teatrales, crítica, trabajos monográficos, ensayos, literatura en general e infantil. Los docentes entregan evidencias de su trabajo que un jurado evalúa. En 2015, fue instituido por primera vez para reconocer a docentes estatales en el ámbito literario, humanístico y cultural, quienes obtienen en una estatuilla, un reconocimiento y un estímulo económico.
RODOLFO LUNA RODRÍGUEZ
En 2004, obtuvo el primer lugar del concurso nacional Mujeres en vida, convocado por la BUAP. En 2020, obtuvo Mención en el XIX Premio Latinoamericano de Cuento Julio Cortázar.
El día de la presentación de La Lluvia y las letras en Xicotepec será el sábado 03 de diciembre a las 7 de la tarde en el área cultural que será instalado en la entrada del recinto ferial
DEL COMANDANTE ORESTE:
MI XICO, MA XICO
Les quisiera comentar
el logro de un compañero
que usando todo su fuero
pudo un pueblo levantar
llegó casi para cerrar
alcanzó tremendas notas
casi se quedó en pelotas
y al fin logró su objetivo
MÁGICO fue el adjetivo
y al pueblo le puso botas…
Y hablando de letras:
Melville
Melville, este barco traía una ballena en sus entrañas.
Y al canto marinero, voló por la borda, aun ciega.
Melville, estas costas no son hojas en blanco para zarpar a medianoche.
Aquí, lobos marinos aúllan y todo lo espantan.
Melville, faltó el negro que echaría carbón en las galeras y el vino vaciado en las alforjas.
Nadie duerme, todos quieren darle un beso a la luna cuando el verso madure y a medianoche rota esté la vela.
Melville, duerme.
Se acabó el aguardiente
Se apagó la chimenea
Y la pipa sin tabaco no arrea.
Armando Chacha