“¿Cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler?”
[…] Ante su mirada sorprendida, cupieron el primero y
el segundo y el tercero y, sin crecer de tamaño, el
alfiler amplió su ámbito conteniendo sin esfuerzo a
más y más ángeles.
Carlos Monsiváis, “En la punta de un alfiler”.
Aquí viene la parte completa de la declaración:
“Desde niño ya se veían esos dones: en los partidos de béisbol, de cada diez pelotas que el chamaco bateaba una de ellas se volvía paloma blanca y enviaba un mensaje de paz a la banca de los contrarios, era su manera de decirles abrazos y no batazos; aunque algunos espectadores aseguran que no eran palomas blancas sino pañuelos blancos, en señal de juego limpio. Hipótesis muy creíble si analizamos la relación tan estrecha que en los últimos años ha establecido con el pañuelito blanco. En todo caso y ante la duda es mejor pensar que unas veces el prodigioso niño convertía unas pelotas en palomas y otras en pañuelos.
Aunque algunos aficionados aseguran haber tenido entre sus manos algunas de esas palomas, sabemos que las aves, una vez que han sido transubstanciadas de pelotas a palomas, vuelan hacia las alturas en ascenso celestial. Este tipo de aves suelen desaparecer en los confines solares y jamás sorprenderían a nadie con un pastelazo escatológico, tienen una constitución distinta a las palomas de corral, así que nuestra mirada podría perderse contemplando su divino ascenso sin que ninguna pomada nos caiga del cielo, por favor en el siguiente partido véanlas sin miedo. Con respecto a los pañuelos: se sabe muy poco de su futuro, lo único que hasta ahora conocemos es su pasado: fueron pelotas. Se ha hablado mucho sobre las posibles imágenes estampadas en los pañuelos, estamos interpretando el lenguaje des esos manchones verdosos y amarillentos, seguramente muy pronto revelaremos el mensaje cifrado.”
Más vale callarse porque un día será vintage lo que hoy es obsoleto
Un día volverán a estar de moda los santos y entonces la revelación del padre Solalinde no será un grito en el desierto, un día los nichos de santos serán un adorno vintage cool y se acordarán de sus palabras, lo buscarán en Tik tok y pedirán su funko figura Solalinde. Y todos tendremos un nicho en casa con el santo niño beisbolero.
Piensa siempre en grande, no te conformes con ser un santo
Qué tan limitada puede ser la observación de los talentos desaforados de AMLO que a ciertos hombres de mirada corta sólo les confirma el reducido rango de santidad, un nivel de devoción que sólo atrae a desvalidos y abogados canónigos dispuestos a tramitar la santidad vitalicia, qué ceguera mirar así a quien está más allá de la gracia santa, a esa simple santidad habría que agregar la divina virtud de ser un imparable bateador.